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Ambigua resolución libia que no asegura la entrega de los acusados de Lockerbie

La resolución alambicada adoptada por el Consejo General del Pueblo o Parlamento libio reunido durante 11 días en la ciudad de Sidra no asegura la entrega inmediata de los dos acusados del caso Lockerbie a la Liga Árabe para ser sometidos a un juicio "justo, honesto y neutro", según se asegura en medios políticos occidentales, quienes a medida que pasan las horas van descubriendo los recovecos de un texto ambiguo que permite al Gobierno de Trípoli continuar ganando tiempo y retrasar el traslado efectivo de los implicados a El Cairo.

Las primeras manifestaciones de incredulidad han partido del Ministerio de Asuntos Exteriores británico, que a través de un portavoz ha comentado con escepticismo la resolución libia, que anunciaba en el primer párrafo la entrega de los dos acusados a la Liga Árabe o a las Naciones Unidas, pero que a continuación supedita la decisión a que se les asegure un juicio ante un tribunal "justo, neutro y honesto".Si todo lo que quiere el Parlamento libio es asegurarse un juicio honesto esto lo puede encontrar en los magistrados que lo juzgarán en Escocia, vino a afirmar un portavoz del Ministerio de Exteriores británico en un comentario recogido ayer por la agencia de prensa Reuter.

Sin embargo, en los citados medios se valoraba positivamente el paso dado por el Congreso General del Pueblo, ya que ratificaba la decisión del ministro de Asuntos Exteriores, Ibrahim Bechari, de dejar entreabierta una puerta para la posible entrega de los acusados.

Esta situación ambigua y complicada confirma el triunfo de las tesis de los sectores moderados y que fue expuesta por el portavoz de la diplomacia libia el pasado lunes al dirigirse a los parlamentarios reunidos en Sidra. Ibrahim Bechari propugnó la apertura de un proceso de negociación diplomática con Estados Unidos y el Reino Unido y supeditó la entrega final de los acusados a la normalización de relaciones con Occidente.

Con esta operación, Libia pretende convertir el caso Lockerbie en una coartada que le permita acercarse a Estados Unidos y Gran Bretaña para ganarse su confianza y asegurarse además su apoyo en el programa de renovación económica, que desde hace tres años está tratando de impulsar el presidente Muammar el Gaddafi, según se asegura en círculos diplomáticos.

La operación, que se realiza con toda cautela y discreción, aseguraría al final las inversiones americanas e inglesas en Libia y supondría la solución a numerosos problemas sociales, que empiezan a provocar el descontento en diversos sectores de la población. Uno de los responsables de esta operación es el ministro de Economía libio, quien en los próximos días se desplazará a Estados Unidos.

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Maquiavélica contrarreforma

El Gobierno de Trípoli tiene especial cuidado en ir explicando poco a poco a la población las dificultades económicas en que se encuentra sumido el país, al tiempo que le sugiere de forma directa una reinterpretación de los principios económicos expresados en el Libro Verde, que escribió hace cerca de 20 años el Guía de la Revolución en su Sidra natal. En la reunión del Parlamento libio que acaba de finalizar han trascendido también con toda crudeza algunas cifras, con las que se demuestran las dificultades económicas que obligan, de forma subliminal a mirar hacia Occidente.Todo ello configura un delicado y maquiavélico proceso de contrarreforma dirigido y controlado por el propio Muanimar el Gaddafi, que ayer permitió a los jóvenes airados de los Comités Revolucionarios del Pueblo -controlados por el número dos del régimen, Abdessalman Jallud- salir a la calle para protestar ante la delegación de las Naciones Unidas por el embargo aéreo y militar. Libia recordaba así al mundo que puede también convertirse en un factor de desestabilización.

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