"Vivimos como ratas"

Almir lloraba ayer aterrorizado en brazos de su madre en un semisótanó de la calle de Nikola Tesla de Sarajevo. Las continuas explosiones en los alrededores hacían temblar la pequefia habitación. En sus cinco años, nunca ha estado tan pálido, nunca había tenído esas bolsas oscuras bajo sus preciosos ojos azules.

A menos de 150 metros, varias granadas habían despedazadó ayer a tres personas y herido a 25 en una esquina de la calle del Mariscal Tito. Está muy cerca de la calle de Vas¡ Miskina, donde la matanza de más de 20 personas hace un mes conmocionó brevemente al mundo.

Senada Kreso, periodista, no entiende ya a las democracias occidentales. Volvió a nacer en la noche de ayer cuando un proyectil cruzó su apartamento. Senada, como todos los ciudadanos que soportan uno de los peores bombardeos de las pasadas semanas, asegura que "no pararán hasta matamos a todos".

Mientras dice esto, suena un fuerte puñetazo en la mesa vecina. Emir, un hombre de mediana edad, ha perdido los nervios al ver las dos páginas llenas de esquelas del diario Oslobodenje. `No se puede soportar ya. La ONU nos trata igual que a los criminales. Y, mientras, nosotros aquí abajo, viviendo como ratas. Son todos una mierda", decía llorando.