Havel califica como bueno el acuerdo de partición de Checoslovaquia

El presidente checoslovaco, Václav Havel, calificó ayer como bueno el acuerdo político firmado en la madrugada del sábado tras más de 12 horas de arduas deliberaciones por los líderes del checo Partido Democrático Cívico (ODS) y del Movimiento para una Eslovaquia Democrática (HZDS), Václav Klaus y VIadímir Meciar, respectivamente.

Havel, en la tradicional entrevista dominical que concede a la radio checoslovaca, apreció que por un lado el acuerdo permite formar un nuevo Gobierno federal, lo que supone una garantía contra posibles crisis constitucionales, caos y desorden, "pero no contiene ninguna mención a la convocatoria de un referéndum, lo que sí me preocupa", advirtió el jefe del Estado checoslovaco.Según Havel, tras la formulación de que los dos Parlamentos nacionales, el checo y el eslovaco, deberían llegar a un acuerdo sobre la solución del problema estatal de Checoslovaquia antes del 30 de septiembre, habría también espacio para procedimientos anticonstitucionales en el camino hacia la nueva forma del Estado checoslovaco.

Consideró muy importante que el nuevo Gobierno no piense aplazar de forma indefinida la decisión sobre el futuro ordenamiento estatal del país. Pero el documento se presta, a su vez, a una doble interpretación, pues admite incluso una forma distinta para la división del Estado a la de un referéndum que es, hasta el momento, el único método constitucional para convertir lo que hoy es Checoslovaquia en dos Estados, subrayó el presidente Havel.

Según analistas locales, precisamente esta postura de Havel, que insiste en la convocatoria del referéndum como único medio constitucional para decidir el futuro del país, es la que se diferencia de la del Partido Democrático Cívico.

Decisión parlamentaria

El líder de este partido, Václav Klaus, destacó últimamente varias veces que convocar el referéndum le correspondería tan sólo a la república que quisiera separarse de Checoslovaquia. Klaus dijo que sobre el futuro del país podrían tomar una decisión los dos parlamentos nacionales, tal como consta en el acuerdo político concluido en la madrugada del sábado con el HZDS. En cambio, el presidente Havel apreció que el acuerdo político concluido garantiza continuar en el proceso iniciado en noviembre de 1989, tras la caída del régimen comunista, y tuvo palabras de admiración tanto para el ODS como para el HZDS: "Tanto el uno como el otro hicieron importante concesiones", señaló Havel.

El jefe del Estado checoslovaco informó asimismo que la semana próxima nombrará al nuevo Gobierno federal, "tras la dimisión del actual, prevista para el 26 de junio".

Havel adelantó asimismo que intervendrá la próxima semana ante el Parlamento federal checoslovaco para hacer un balance de su labor, hasta ahora, como presidente y para decir cómo ve "estos días tan dramáticos y tan tensos" para Checoslovaquia.

A su vez, los comunistas eslovacos agrupados en el Partido de Izquierda Democrática, la segunda fuerza de Eslovaquia, decidieron no respaldar la candidatura de Havel a la presidencia de la república por considerarlo elemento perturbador para la vida social. De esta manera, la reelección de Havel como presidente de la república prevista para el 3 de julio se hace imposible.