Lluvia de fuego sobre Sarajevo
El plan de reapertura del aeropuerto sigue adelante, pese a los combates
Emisoras occidentales de radio, sin corresponsales en la asediada Sarajevo, acababan de anunciar la mañana más tranquila de toda la guerra cuando tres tremendas explosiones de granadas de 155 milímetros hacían temblar el edificio desde el que la prensa internacional envía por satélite sus informaciones al exterior.No eran las primeras en estallar en la zona de Kosovo, junto al hospital en el que se hacinan los heridos. Centenares de granadas habían caído sobre la ciudad durante la noche y la mañana.
ENVIADO ESPECIAL"Estamos siendo atacados desde todas partes", declaró el comandante bosnio, Dervo Harbinja mientras todos los allí presentes eran escoltados a la carrera hasta la entrada, en la ladera de una colina cercana, de un viejo refugio de la Segunda Guerra Mundial.Un largo y frío pasillo da acceso a una inmensa nave de mas de cien metros de longitud y 25 de altura. "Todo esto estaba lleno de armamento de la defensa territorial que Iztebegovic entregó al Ejército supuestamente para evitar que cayera en manos de un partido étnico. Desde aquí fue directamente a manos de la guerrilla serbia".
En las palabras de estos miembros de las fuerzas bosnias se adivina la indignación y rabia que les embarga encerrados en el búnker por la ingenuidad de su presidente, Alia Izetbegovic' que los dejó desarmados, apenas con unos fusiles, frente al poderío de la guerrilla y el Ejército serbios.
Guerreros agotados
Incluso en este búnker en las entrañas del monte se escuchaban ayer con nitidez las estruendosas explosiones de toda la artillería serbio-federal. Guerreros agotados, sentados en el suelo y abrazados a sus Kalashnikovs miraban al grupo de extranjeros con una sola interrogante: ¿Cómo puede el mundo permitir esto?".
Ya desde la mañana, largas columnas de humo se alzaban sobre Dobrinja, mientras sonaban sin cesar las ametrallado ras sitiadoras de este barrio, sede de la villa olímpica de los Juegos Olímpicos de 1984.
El ejército serbio-federal había, logrado romper las defensas el miércoles en cinco ocasiones. Dervo Harbinja, comandante de las fuerzas bosnias, aseguraba que sus unidades habían cedido terreno.
"Nos han llamado desde casas de Dobrinja con relatos terroríficos. Han puesto altavoces con música chetnik (nacionalistas radicales serbios) en sus posiciones y están matando a quienes intentan huir ante su avance. Estamos ante una matanza en Dobrinja" señaló Harbinja.
La situación en Dobrinja ha sido desde hace semanas la más dramática de toda la capital bosnia. Aislados del centro y bajo un bloqueo total, los 35.000 habitantes allí atrapados ya han padecido sus primeras muertes por inanición.
Allí vivían -y están muriendo estos días- gran parte de las familias de profesionales de media edad con hijos pequeños como indica el hecho de que hay allí cinco colegios y numerosas guarderías. "Dobrinja puede caer hoy" manifestó a media tarde un portavoz de las fuerzas bosnias que no ocultaba su desesperación ante la suerte de sus habitantes.
Todo parece indicar que el, líder de la autoproclamada República Serbia de Bosnia-Herzegovina y responsable del cerco. de la guerrilla y el Ejército a Sarajevo, Radovan Karadzic, quiere tomar el control de Dobrinja para tener el vecino aeropuerto rodeado por sus propias fuerzas ante una eventual reapertura de éste bajo control de las Naciones Unidas.
Para la toma de Dobrinja, las fuerzas sitiadoras necesitan el apoyo de la artillería desplegada cerca del aeropuerto, y en el cuartel de Lukavica que han aceptado concentrar antes del próximo día 26 en varios puntos vigilados por los cascos azules, según el plan de reapertura del aeropuerto que, según dijo a EL PAÍS ayer el comandante de la ONU, el canadiense Louis Mackenzie, sigue adelante pese a los combates.
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