Incertidumbre sobre la liberación de los dos últimos rehenes occidentales en Líbano

Lo único que faltaba anoche para confirmar la noticia de que la sórdida década de secuestros de occidentales en Líbano ha tocado a su fin era la aparición de los rehenes alemanes Heinrich Struebig y Thomas Keníptner sanos y salvos en manos de, la delegación germana que fue a Damasco a recogerlos tras 1.127 días en manos de extremistas musulmanes leales a Irán.

Todos los informes de Beirut y Damasco afirmaban que los últimos dos rehenes occidentales en el Líbano eran hombres libres. Pero el escepticismo se impuso, tras una jornada de rumores y confusión."Ver para creer", fue el comentario de un diplomático en Damasco que al igual que sus colegas occidentales esperaba ansiosamente ver a los últimos dos rehenes del Líbano en ruta a casa. El exacto paradero de Struebig y Kemptrier era incierto hasta el cierre de esta edición. Sin embargo, todo parecía indicar que ambos serían entregados a la delegación germana presidida por el ministro Berrid Sclimidbauer, quien se trasladó a Damasco, para recoger a los últimos cautivos de la pesadilla libanesa.

Incluso el presidente norteamericano George Bush parecía convencido del carácter histórico de la liberación de los alemanes. En una declaración hecha en Washington, el mandatario norteamericano afirmó que la liberación de los alemanes eliminaba un obstáculo clave para el mejoramiento de relaciones con Teherán. "Todavía tenemos algunos problemas con Irán, pero esto (la liberación de los dos cautivos alemanes, los últimos rehenes occidentales en Líbano) haría desaparecer un enorme obstáculo para la mejora de nuestros vínculos con Irán", declaro Bush en una entrevista con la cadena norteamericana de televisión CNN.

Atención para Libano

Anoche no se sabía con exactitud cómo y cuando los rehenes alemanes serían entregados a funcionarios del Gobierno de Bonn. Lo que sí era evidente era que, una vez puestos en libertad, el Gobierno pro sirio del presidente libanés, Elías Haraui, podría reclamar más atención occidental para llevar adelante su programa de reconstrucción del país, un proyecto ampliamente supeditado al cierre del capítulo de los rehenes.Bernd Schmidbauer, el enviado especial del Gobierno alemán, permanecía pegado al teléfono en Damasco a la espera de que los propios Kempter y Streubig anunciaran su liberación en la capital libanesa.

Un comunicado difundido ayer los Luchadores de la Libertad en Beirut por los captores aseguraba que la entrega efectiva de los rehenes tendrá lugar dentro de 48 horas en el cuartel general del presidente Haraui. "Hacemos un llamamiento a que representantes del presidente Hafez el Asad [el presidente de Sirial, las Naciones Unidas y el Gobierno alemán a que estén presentes en el lugar especificado antes de que se cumpla el plazo", señalaba la nota difundida ayer.

Horas antes, Schmidbauer mostró a las claras su optimismo: "Creo que existe una posibilidad de que en 48 horas tengamos buenos resultados", dijo el funcionario alemán tras una reunión con el ministro sirio de Exteriores, Faruk al Shara.