Los Doce renuncian a lograr un acuerdo sobre los fondos de cohesión en la reunión de Lisboa
La cumbre que se celebrará en Lisboa los próximos días 26 y 27 no logrará ningún acuerdo sobre las cifras de] presupuesto que necesita la Comunidad Europea para llevar adelante los retos asumidos en Maastricht. Entre ellos se incluye el aumento de los fondos estructurales y la creación de un nuevo fondo de cohesión para lograr duplicar las ayudas comunitarias a los cuatro países más pobres de los Doce (España, Portugal, Irlanda y Grecia). La reunión ministerial de ayer sólo sirvió para constatar, una vez más, las diferenciasentre los socios.
La reunión de los ministros de Exteriores de la CE celebrada ayer volvió a reproducir las enormes diferencias entre los ocho países contribuyentes netos y los cuatro benficiarios.El rechazo danés al Tratado de Unión Europea ha dado un nuevo impulso a quienes rechazan asumir los compromisos financieros hasta que la ratificación sea un hecho. Luego vendrá el regateo. El paquete Delors II, en el que se prevé un aumento del 31 % del presupuesto de la CE de aquí a 1997, no podrá ser adoptado, como mínimo, hasta la cumbre de Edimburgo, a finales de diciembre.
"Es casi una certidumbre que en Lisboa no se aprobará ninguna cifra", afirmó el secretario de Estado Carlos Westendorp. El objetivo de la presidencia portuguesa es lograr una declaración política que mantenga vivo el espíritu de Maastricht. Esa señal política es la que ayer reclamó, sin éxito, el ministro irlandés David Andrews, para impedir que el síndrome danés se reproduzca en el referéndum para la ratificación del tratado que se celebrara pasado mañana en Irlanda. Este país es quien más se beneficia proporcionalmente de la CE y calcula en 1 billón de pesetas el dinero a recibir en los próximos cinco años. Como contrapunto, el británico Douglas Hurd puso para su país el ejemplo contrario: no aumentar los gastos comunitarios si no se quiere enturbiar el proceso de ratificación.
Desde la última intervención del ministro Francisco Fernández Ordóñez, el pasado 11 de mayo, los debates sobre las perspectivas financieras de la Comunidad, en lugar de progresar, se han congelado. Entonces, Fernández Ordófiez impresionó a sus colegas cuando pegó un puñetazo sobre la mesa y dijo que "Maastricht se cumple y basta". Los demás se quedaron por un tiempo sin palabra.
La pasada semana los ministros de Economía impusieron la tesis de que ese aumento de gastos de la CE no encaja con la disciplina presupuestaria. Seis países (Reino Unido, Alemania, Francia, Holanda, Italia y Dinamarca) consideran que el aumento progresivo de 2,7 billones de pesetas en cinco años es demasiado dinero. Argumentan que el presupuesto comunitario puede quedarse en el tope del 1,2% del PIB sin necesidad de pasar al 1,37%. Bélgica y Luxemburgo apoyan en silencio esta tesis. Según el francés Dumas, Delors estaría dispuesto a retrasar el nuevo presupuesto dos años, manteniendo el actual tope de ingresos durante 1993 y 1994, para luego llegar a cabo su propuesta hasta 1997.
El presidente de la Comisión Ezuropea afirma que con ese techo habría margen para la agricultura, la política exterior reforzada y para el nuevo fondo (le cohesión, pero no para el resto de los fondos ni para las políticas internas de la Comunidad. El fondo de cohesión estará dotado con 10.000 millones de ecus (1,3 billones de pesetas en cinco años), pero el grueso de solidaridad corresponde a las ayudas estructurales, que irán creciendo desde 17.965 millones de ecus este año hasta situarse en 26.800 millones en 1997. A España, por ejemplo, la política regional le proporcionará el doble de subvenciones que el nuevo fondo.
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