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LUCHADORES DE CALLE

Pobres y 'apolíticas'

Las asociaciones que no están federadas huyen de los fines partidistas

Decenas de asociaciones de vecinos de Madrid no pertenecen a la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos para mantenerse independientes. Las asociaciones consultadas por este periódico coinciden en que el servicio a los ciudadanos de su barrio no tiene nada que ver con fin político alguno. Su aislamiento a la hora de organizarse les permite quedar al margen. Actúan contra el deterioro urbanístico y por la tranquilidad de la zona en que habitan. Son pocas y, salvo excepciones, entidades de mentalidad conservadora.

Hay varias asociaciones que llegan al punto de rechazar las subvenciones municipales para preservar su total independencia. Es el caso de la de Conservadores de Arganzuela (300 miembros). "Nos llamamos así por algo", indica su presidente, Khan-Mahoind Alí Prados, industrial de 53 años. Y para "conservar" mejor lo que considera justo decide no federarse.Exactamente lo mismo pero desde el bando contrario opina Nicanor Briceño, presidente de la asociación Perales del Río. Briceño votó en varias ocasiones al PSOE, simpatizó con IU, y cuando la Comunidad iba a realojar a unos cien gitanos -"traficantes de droga", según él- cerca de su barrio, cambia su forma de pensar. Decide entonces entregarse a los intereses vecinales y renegar del PSOE, de IU y de la federación por considerarla dependiente de ambos.

Hay presidentes que no rechazan la aportación pecuniaria municipal, sino que carecen de ella porque su municipio se la niega. Es el caso de Jorge Mijangos, ingeniero de Caminos de 52 años, de la Asociación de Vecinos de La Moraleja y El Soto (493 socios), quien se queja de que el Ayuntamiento de Alcobendas no les da subvenciones.

Pero donde más raigambre parecen tener las "independientes" es en los barrios céntricos. La batalla allí se fragua contra la proliferación de bares y ruidos nocturnos. José Martínez, taxista de 52 años, que encabeza la asociación del Barrio de Maravillas (Malasaña), recuerda enojado que a principios de los ochenta se les tachó de carrozas por protestar contra los locales de copas, fuente de todos los males de la zona, a su juicio: coches por todos los lados, ruidos, venta de droga... Problemas a su entender demasiado cercanos para dejarlos en manos de nada que tenga algo que ver con los partidos.

A pesar de la "independencia" que proclaman, algunos presidentes no ocultan sus inclinaciones conservadoras. María Dolores Monedeo, enfermera de 75 años, que preside la Asociación Adelante, de Chamberí, se queja de la vida nocturna: "Vienen de todas partes de Madrid jóvenes que distorsionan y ensucian". Su teoría es que España pasa por una época de decadencia por el culto al sexo, y lo corrobora estableciendo una comparación con las postrimerías del Imperio Romano.

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Un vecino poderoso

La Asociación Joaquín Satrústegui también ha tenido entre sus preocupaciones la asistencia de jóvenes que invadían la calle con las litronas, pero ahora afirman enfrentarse a un vecino más poderoso: el Real Madrid. La entidad, que hasta ahora se llamaba Asociación de la Zona Sur del Bernabéu, sufre una cruz que soporta con muy poca resignación: la presencia del estadio de fútbol.Ahora que han empezado las obras de ampliación del graderío temen un deterioro de la zona mayor del que sufren. Ángeles Arenillas, de 69 años, presidenta de esta asociación, desglosa un rosario de molestias: el corte de las calles les impide llegar a sus casas en vehículos particulares, las basuras que se acumulan después de un partido, los ruidos...

En este heterogéneo grupo de asociaciones hay algunas que no están en la FRAVM pero que colaboran con ella cuando están de acuerdo con una reivindicación concreta. La Asociación de Vecinos de Fuencarral (1.500 socios), por ejemplo, se opone, con la federación, al paso de la M-40 por el monte de El Pardo.

El hecho de que las asociaciones pretendan ser independientes no significa que sus directivos lo sean. Antonio de las Sías, el secretario de la Asociación Nuevo Amanecer (130 miembros), afirma que se presentó en la candidatura de Falange Española en las últimas elecciones europeas.

La diferencia fundamental entre las asociaciones federadas y aquellas que van por libre es el convencimiento de éstas de que no es necesario hacer política con las cuestiones de vecinos, según razona José Martínez. El presidente de Maravillas añade un razonamiento contundente: "Llevamos 10 años trabajando, y estamos descontentos con la gestión de todos los grupos políticos, pues los problemas del barrio permanecen".

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