Una única "reina"
Rocío Jurado y otras cuatro coplistas estrenaron el musical 'Azabache' en Sevilla
El poderío no es ninguna broma. Rocío Jurado lo demostró con creces el domingo en el estreno del musical Azabache en el auditorio de la Cartuja de Sevilla. Su dominio y fuerza apabullante en el escenario fue quizás demasiado cruel para con sus compañeras de copla: Nati Mistral, Juanita Reina, Imperio Argentina y María Vidal. El espectáculo, de cuatro horas de duración y en el que destacó por su preciosismo el vestuario, no supuso el encuentro de las cuatro reinas de la copla española. Hubo únicamente una: Rocío Jurado. Y la causa estuvo en el poderío de la cantante de Chipiona.
Las mujeres sacaron del armario sus mejores mantones. La ocasión merecía la pena. Cuatro mitos de la canción española Imperio Argentina, Juanita Reina, Nati Mistral y Rocío Jurado y la joven María Vidal se presentaban por primera vez juntas en el único espectáculo producido en su totalidad por la Expo y que dirige Gerardo Vera. Comenzó con Suspiros de España y terminó con El Relicario. Entre medías, María de la O, Ojos verdes, Tatuaje, Capote de grana y oro, Los nardos, La violetera y Tientos. Así hasta 29 coplas, de las que 12 fueron interpretadas por, Rocío Jurado.Un escenario de viejo plató de cine convertido ya en un puerto caribeño, en un café o In toda una plaza de la Maestranza y los bailes de los 60 componentes del ballet fueron los elementos en los que se apoyó Gerardo Vera para intentar dar una continuidad al espectáculo, que, sin embargo, tuvo más de recital que de musical completo.
Mientras Rocío Jurado consiguió poner los pelos de punta a los asistentes -su emotiva interpreta de los Tientos del cariño levantó al público de sus asientos y le obligó a ofrecer fuera de programa unos Fandangos de Huelva-, Juanita Reina, exultante y creyéndose la reina de los mares, ofreció unos exagerados gorgofitos que fue relajando según avanzó el espectáculo, aunque su incondicional público sevillano no se lo tomó en cuenta. La madrileña Nati Mistral, que más que cantar recitó eso sí, espléndidamente, pasó sin pena ni gloria. Por su parte, la joven María Vidal, a quien los trajes escotados y estrechos le sentaban. de maravilla, consiguió estar a la altura de tanto mito coplero.
La nostalgia llegó con Imperio Argentina, quien hacía 30 años que no subía a un escenario. Con el fondo de los títulos de su película Goyescas, que interpretó bajo la dirección de Benito Perojo en 1942, Imperio Argentina apareció para. interpretar El día que nací yo Antonio Vargas Heredía y La violetera, esta últinia en playback. El público valoró el arrojo de esta mujer de 82 años, que terminó llorando refugiada en los brazos de una de las bailarinas ante los clamorosos aplausos y el ritmo de palmas con el que fue compensada.
Aunque, algo de nostalgia flo taba en el ambiente, para la du quesa de Alba, una de las pocas caras conocidas presentes en el estreno, "hay ciertas cosas y ciertos artistas que nunca pasan de moda". La duquesa, mantón rojo sobre traje negro, calificó de 'Tantástica" la escenografía, pero eludió comparar a las intérpretes. "Todas están fenomenal, cada una en su estilo. Las conozco a todas y las quiero a todas muchísimo" dijo.
Tampoco se quiso mojar el mismísimo Pedro Carrasco, ex boxeador y ex marido de Rocío jurado. "A mí no me gusta opinar de Rocío, cada una hace su papel", dijo Carrasco, quien acudió acompañado de la hija de ambos, Rociíto. Con un seco, ¿es estupendo o no lo es", calificó el espectáculo Jacinto Pellón, presidente de la Sociedad Estatal Expo 92. Pellón, en mangas de camisa, defendió el carácter popular de la copla y disculpó con un "no pasa nada" el aplazamiento en dos días del estreno del musical.
Babelia
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