La arriesgada apuesta de François Miterrand
"El problema de todos los referendos en Francia es que los ciudadanos no responden sí o no a la pregunta que se les plantea, sino a la persona que la plantea". Esta frase de Francois Mitterrand resume la arriesgada apuesta del presidente francés al decidir someter a consulta popular la ratificación del Tratado de Maastricht. El referéndum, según Elisabeth Gigou, ministro de Asuntos Europeos, se celebrará el próximo septiembre.Dos de cada tres franceses están dispuestos a votar a favor de la ratificación del tratado de Maastricht, según las últimas encuestas. Sin embargo, la mayoría de los observadores no cree que la consulta popular refleje un resultado tan ventajoso para los partidarios de la unión europea. El rechazo danés, utilizado por, los eurófobos, puede convencer a muchos franceses de que no es imposible decir no a Maastricht.La propia heterogeneidad del campo eurófobo, que le imposibilita para presentarse como alternativa de Gobierno, es una gran ventaja a la hora de defender una opción negativa. A favor del no van a hacer campaña pesos pesados de la extrema derecha, el gaullismo, el socialismo y el comunismo. El abanico de enemigos de Maastricht comienza en el ultraderechista Jean-Marie Le Pen y termina en el comunista Georges Marchais, pasando por el socialista Jean-Pierre Chévénement, los gaullistas Philippe Séguin y Charles Pasqua y el giscardiano Philippe de Villiers.
El presidente, gracias, precisamente, al gran debate nacional sobre Europa, comienza a salir del infierno de impopularidad del pasado invierno. Pero Mitterrand está todavía muy lejos de haberse convertido de nuevo en el padre de la nación. Consciente de que muchos europeístas tendrán que luchar contra la tentación de votar no a Maastricht queriendo decir no a Mitterrand, Laurent Fabius, primer secretario socialista, dijo ayer: "El problema no es saber si se está a favor o en contra del presidente".
Mitterrand y el Gobierno socialista tienen a su favor la profunda división de la oposición. 15 centrista Unión para la Democracia Francesa (UDF) es partidaria de un sí sin reservas. Sus dos principales líderes, Valery Giscard d'Estaing y François Leotard, harán campaña a favor. El sí contará incluso con el apoyo de, numerosos gaullistas de la Asamblea para la República (RPR).
En todo caso, flota sobre Francia el recuerdo del referéndum de 1969, cuando un 52,4% de los franceses dijo no a una pregunta sobre la regionalización para expresar su opinión de que, tras 10 años en el poder, De Gaulle debía abandonar el Elíseo.
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