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GOLPE A LA UNIÓN EUROPEA

John Major luchará por la aplicación de los tratados

Enric González

El Gobierno británico respaldó ayer de nuevo los tratados de Maastricht, y anunció que proseguirán los trámites parlamentarios para su aprobación. "Lo que hagan los daneses es su problema, no el nuestro", dijo el primer ministro, John Major, en la Cámara de los Comunes. "La ratificación y aplicación del tratado es una cuestión de interés nacional, y durante nuestra presidencia [de la Comunidad Europea, a partir del mes próximo] seguiremos trabajando por el modelo de Comunidad que definimos en la negociación de Maastricht".Downing Street recibió con sorpresa el resultado del referéndum en Dinamarca, y tras varias horas de vacilación suspendió los trámites parlamentarios para la aprobación de los tratados. La Cámara de los Comunes ya votó a favor de Maastricht, y ayer debía comenzar la lectura de los textos en una comisión especial. Dicho examen, y el posterior debate en la Cámara de los Lores, han quedado aplazados. Pero, por la tarde, Major expresó de forma inequívoca su apoyo a los tratados para la unión europea, "aunque hará falta una nueva fase de negociaciones para resolver el problema de Dinamarca", y rechazó, tajantemente la posibilidad de convocar el referéndum que pedían los euroescépticos y, muy notoriamente, la ex primera ministra Margaret Thatcher.

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"Golpe a la burocracia"

Thatcher, que se encontraba ayer en Francia, afirmó que los votantes daneses habían hecho "un gran servicio a la democracia" y habían asestado un "golpe a la burocracia". La dama de hierro, visiblemente feliz, dijo: "El pueblo danés ha hablado en nombre de otros en la Comunidad que no han tenido la oportunidad de hacerse oír". Inmediatamente, desde el grupo anticomunitario del Partido Conservador empezaron a surgir peticiones de referéndum, avivadas por el anuncio del presidente francés, François Mitterrand, en este sentido.

Incluso en las filas leales a Major hubo deserciones. Patrick McNair-Wilson, un veterano diputado conservador que hizo campaña a favor de Maastricht, anunció que abandonaba el buque europeísta: "El tratado era, en el mejor de los casos, un esfuerzo por mantener abiertas todas las opciones. Ahora ya es visto desde distintos puntos de la Comunidad como algo irrelevante para las necesidades de una Europa sumida en recesión", dijo, y pidió que se congelara todo lo referente a Maastricht hasta conocer la reacción del resto de los socios comunitarios.

El líder provisional del Partido Laborista, Neil Kinnock, intentó sacar algún provecho político de la confusión, dentro de sus magras posibilidades, y se unió al coro de quienes pedían la paralización de los procedimientos. Pero la posición de su partido durante la sesión parlamentaria de ayer fue muy discreta.

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[El gobierno de Estados Unidos expresó ayer su respeto por la decisión del pueblo danés, pero destacó su respaldo a la integración en Europa. Richard Boucher, portavoz adjunto del Departamento de Estado dijo que "Estados Unidos ha sido un firme partidario de la integración europea". Cuando comentaba los resultados de la consulta celebrada el martes en Dinamarca, Boucher añadió que "lo que decidan individualmente los países es algo que deben hacer por ellos mismos", informa Efe.]

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