_
_
_
_
_

Miles de italianos hacen cola para declarar abrigos de pieles y animales protegidos

Miles de italianos hacen colas esta semana para declarar en el Ministerio de Agricultura y Bosques, antes del próximo sábado, sus abrigos de pieles de animales exóticos legalmente protegidos, bajo la amenaza de ser sancionados con fuertes multas e, incluso, con penas de prisión. Un censo puesto en marcha por las autoridades exige declarar las pieles de leopardo, tigre, cebra, pantera, guepardo, nutria y lince sudamericano, entre otros animales, hasta una lista de 38 especies.

El censo incluye cinturones, bolsos y portafolios elaborados con pieles de boa, cocodrilo y tortuga. También deberá ser declarada la propiedad de ciertos animales vivos, como chimpancés, gorilas y felinos africanos, y de trofeos de caza como cuernos de rinoceronte o colmillos de elefante.La ley impone multas de diez a 40 millones de liras (de 830.000 pesetas hasta 2.300.000 pesetas) para los ciudadanos y hasta 400 millones de liras ( 33 millones de pesetas) para los comerciantes. Las penas de prisión pueden llegar a tres meses.

La obligatoriedad de la declaración viene impuesta por una ley del pasado 7 de febrero, en aplicación de la Convención Internacional sobre Tráfico de Animales acordada en Washington en 1973. El censo, según las autoridades italianas, es un paso necesario para controlar el mercado clandestino de especies protegidas que mueve al año en el mundo 6.000 millones de dólares (unos 600.000 millones de pesetas).

Pero parece que nadie se había percatado de las consecuencias de la ley hasta que el pasado domingo los medios de comunicación advirtieron sobre el plazo y las supermultas.

Desconcierto

La obligatoriedad de registrar las propiedades ha causado gran desconcierto e indignación en toda Italia, donde los ciudadanos comenzaron el lunes pasado a acudir en masa a las ventanillas de la guardia forestal, encargada de realizar el censo, sin saber concretamente qué es lo que tenían que declarar, pero atemorizados por las sanciones. Muchas personas, la mayoría mujeres de mediana edad, se presentaron en las colas con sus abrigos de pieles metidos en bolsas de plástico. Otros llevaban estatuillas de marfil y loros en jaula.El complejo trámite a seguir en el censo incluye indicar para qué se tiene un animal vivo o los objetos especificados en la ley, así como las circunstancias en las que ha llegado a manos del propietario, que debe acompañar la documentación precisa.

Muchos ciudadanos, desconcertados ante los trámites burocráticos, se han presentado a declarar bolas de billar y teclas de piano de marfil, peines de tortuga o bolsos de avestruz. Del censo están excluidas las pieles de visón, zorro y castor, así como collares, brazaletes y otros objetos de uso personal.

Chimpancé de la mano

"Vive conmigo desde hace 18 años, ¿qué va a pasar ahora?", comentaba precupado un hombre que aguardaba la cola con su chimpancé de la mano. Un jubilado se quejaba irritado de tener que perder varios días en declarar "unas pieles que mi hermana compró hace 35 años"."No nos esperábamos una afluencia tal de gente", señalaba un empleado de la administración. El diario Il corriere della sera publicaba ayer en su primera página un artículo titulado Cuando el burócrata va a cazar pieles.

La Asociación de Consumidores italiana ha denunciado el censo como una "típica norma excéntrica pensada para irritar a la gente. Las familias tendrán que hacer inventarios de todos sus objetos caseros para asegurarse de que ninguno de ellos está hecho de alguno de los miles de animales y plantas protegidas", informa Reuter.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_