Gorbachov asegura que Rusia va hacia el desastre si el Gobierno no cambia de rumbo
Mijaíl Gorbachov, el ex presidente de la desaparecida URSS, rompió ayer el silencio que mantenía con respecto a la política interna rusa criticó duramente al actual Gobierno, al que acusó de autoritario sectario. Según Gorbachov, el país está al borde de la hiperinflación, y si el Gobierno no interviene en el sector agropecuario, las consecuencias económicas y políticas serán desastrosas.
Con la entrevista concedida al diario KomsomoIskaja Pravda Gorbachov regresa a la arena política y se defiende de la campaña que, según él, se ha organizado en Rusia en contra suya."Mire, Yeltsin no es Jesucristo, no es una persona ante la cual yo deba responder", dijo Gorbachov al desmentir que hubiera prometido al presidente ruso, Borís Yeltsin, que no intervendría activamente en política. Lo que sí aseguró a Yeltsin, explica, es que no utilizaría la Fundación de Estudios Políticos y Socioeconómicos -que ha fundado y que encabeza, por lo que se conoce más como Fundación Gorbachov- para crear un partido de oposición.
El ex presidente soviético se lamentó de que en Rusia se le utilice como "pararrayos", que se trate de "deshonrarle" y de "despertar el odio" contra él. Y no sólo la prensa se ocupa de esto, sino también el propio Gobierno.
"El, Gobierno de Rusia directamente hizo no pocos esfuerzos para, con respecto a mi visita [a Norteamérica], influir negativamente ante el Congreso y ante el presidente de EE UU", acusa.
Los demócratas, por su parte, "hacen méritos" ante el nuevo poder., pues se ven "presionados y en esencia están bajo el completo control de las actuales estructuras gubernamentales". Y los periódicos democráticos, que dependen de las subvenciones del Estado, "también hacen méritos", agrega el ex número uno del Kremlin.
"Si no se producen cambios, existe el peligro de que este Gobierno ya no pueda controlar la situación. El nuevo poder sí que sabe destruir, pero aún no ha demostrado que sea capaz de edificar", advierte Gorbachov.
Los nuevos gobernantes se molestan muchísimo cuando los critican, "especialmente si quienes lo hacen son los que comenzaron las reformas", señala, pero "Ia apología es el peor favor" que se puede hacer a este Gobierno, que se caracteriza por sus "aires autoritarios y posiciones sectarias". Acostumbrados a hacer todo "en secreto, para que el centro no se enterase", hoy continúan actuando de la misma manera. "Tienen la tradición del trabajo clandestino", afirma el ex líder soviético.
La política gubernamental "carece de prioridades claras", y por ello el país "se acerca a la hiperinflación". La situación en el sector agrario es desastrosa y si no se interviene de inmediato "pronostico las más graves consecuencias de carácter económico y político", subraya Gorbachov. Pero desgraciadamente "el estilo del actual Gobierno no se caracteriza por un enfoque sistemático, sino por decisiones aisladas que apuntan ante todo a conseguir efectos propagandísticos". A pesar de ello, el ex presidente de la URSS piensa que no es el momento de cambiar de Gobierno.
La entrevista de Komsomolskaja Pravda demuestra que Gorbachov no piensa soportar en silencio los ataques que le lanzan tanto la prensa como el propio Yeltsin, y puede convertirse en el comienzo de un nuevo duelo entre estos dos políticos, cuya rivalidad marcó los últimos años de la política soviética. Sólo que los papeles se han invertido, y ahora es Gorbachov quien hace de perseguido y de víctima.
Finalmente, el autor de la perestroika advierte que no abandonará la política ni la vida pública, y agrega: "No callaré mis diferencias [con los actuales gobernantes], y esta entrevista es una prueba de ello. Si las reformas son congeladas, si comienzan a marchar en dirección indebida o incitan al pueblo contra la democracia, no permaneceré en silencio", concluye Mijaíl Gorbachov.
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