El reciente arte español se expone en México

La capital mexicana acoge desde ayer la primera exposición de arte contemporáneo español que viaja a América Latina, y que comprende 53 obras, casi todas realizadas en las décadas de los setenta y los ochenta, de escultores y pintores vivos, entre los que figuran Antoni Tápies, Miquel Barceló, Luis Gordillo, Jorge Oteiza, Guillermo Pérez Villalta, Chema Cobo, Eduardo Arroyo, Dis Berlín y los equipos Crónica y Realidad.

La muestra, que permanecerá en el Museo Rufino Tamayo hasta el próximo 2 de agosto, tiene carácter itinerante y recorrerá posteriormente los museos de arte contemporáneo de Bogotá y Caracas, abriendo así nuevas posibilidades para su conocimiento en el continente americano.Los fondos, seleccionados por un comité de asesores integrado por Antonio Bonet, Valeriano Bozal y Simón Marchán, proceden en su mayoría de colecciones privadas, concretamente de una treintena de empresas españolas que los han cedido para la ocasión, y han sido aglutinados bajo el nombre Arte en España 1965-1990 por su promotor, la Comisión Nacional del Quinto Centenario.

México ha recibido esta exposición con una excelente acogida. Ya en los últimos dos años los museos mexicanos han albergado diferentes colecciones españolas, especialmente de autores clásicos y procedentes de los fondos del Museo del Prado, pero ésta es la primera vez, no sólo en este país, sino en toda América Latina, que se puede contemplar conjuntamente una selección tan diversa de las corrientes figurativas y abstractas de la plástica española de nuestros días.

La exposición se divide en tres grandes áreas, correspondientes a vanguardistas, rupturistas y nuevas generaciones, si bien parte de un mismo patrón: el presente y el futuro del arte español. Según su coordinadora, María Jesús Abad, la exposición ha sido concebida para conjugar un lenguaje despreocupado y una interpretación individual. de cada uno de los artistas seleccionados que vierten en una única motivación: los conflictos sociales que vive el mundo.

Diferencias de edad

La mayoría de las obras han sido producidas a lo largo de la década de los ochenta. Entre las piezas expuestas destacan los óleos Robinson Crusoe y Botones y costuras, de Eduardo Arroyo, y los acrílicos Saltaojos y Despectivos en Campo Verde, de Luis Gordillo. Juan Lacomba presenta Austerlitz Rouge, un óleo sobre lienzo pintado en 1984, y Antoni Tápies, el aguafuerte Flud, de 1988. La diferencia de edad entre los artistas, desde los más mayores, como el propio Tápies y Gordillo, a los más jóvenes, como Guillermo Paneque, no se vislumbra en la exposición, que se presenta homogénea. El conjunto de las obras exhibidas intenta reflejar la evolución de la reconstrucción artística y moral que se ha producido en España después de la desaparición del franquismo. Esculturas como Retrato de un gudari armado, de Jorge Oteiza, y Entre cuatro, de Susana Solano -dos artistas de planteamientos absolutamente personales frente a materiales similares-, completan esta exposición difícilmente repetible en América Latina y a la que México le ha brindado como sede uno de los principales santuarios artísticos de la plástica nacional: el Museo Rufino Tamayo.