El Museo Picasso barcelonés expone 'el terremoto suave' de 260 obras de Max Ernst

El Museo Picasso de Barcelona inauguró ayer la exposición Max Ernst. Obra gráfica y libros ilustrados, que reúne 260 láminas en distintas técnicas, a través de las cuales es posible tener una amplia visión de la actividad creadora de Ernst (Brühl, Alemania, 1891-París, 1976). "Ernst es el complemento romántico de las innovaciones de Picasso" señaló Werner Spies, amigo y profundo conocedo de la obra de ambos artistas, que ha dirigido esta exposición, que en su título original se llamaba El terremoto suave. La colección perteneciente a la compañia aérea Lufthansa, se exhibe por vez primera fuera de Alemania y podrá verse hasta el 20 de septiembre

"Estoy convencido de que el final del siglo XX es un momento idóneo para la aceptación masiva y universal de la obra de Max Ernst", explicó Werner Spies, "y esta exposición de obra gráfica, que para él constituía un verdadero laboratorio del lenguaje plástico, proporciona una aproximación ideal". Werner Spies, de origen alemán y residente en París, fue también el responsable de la gran exposición retrospectiva de Max Errist organizada el año pasado -centenario del artista- por el Centro Pompidou de París y más tarde exhibida en la Tate Gallery londinense. La exposición del Museo Picasso está organizada cronológicamente y en ella pueden comprobarse la extraordinaria versatilidad, la osadía y la multiplicidad de intereses del artista alemán. Ernst rechazó durante toda su vida la primacía que el mundo del arte concede a la obra pictórica sobre la obra gráfica, y en esta última utilizó todos los recursos técnicos que pudo concebir para lograr una obra potente e innovadora. El artista dijo en 1920: "Trabajo más allá de la pintura, busco superar los límites de la pintura de este tiempo".

Las obras expuestas en las nuevas salas del Museo Picasso abarcan una amplia gama de técnicas gráficas, desde el frottage y el collage hasta la sobreimpresión de clisés fotográficos y la veladura. No sólo se trata de grabados, sino también de láminas de libros que ejemplifican la asidua e intensa colaboración de Ernst con otros artistas. Tal es el caso de Le cháteau étoilé, realizado en 1936 con André Breton; Weisst du-schwatzt du [Tu sabes tu charlas], con la colaboración de Hans Arp, (1930), o Les malheurs des Inmortels (1922) en el que colaboró con Paul Éluard.

Escrituras secretas

La más destacada creación de Ernst en este campo fue el libro Maxímiliana, realizado en 1964 con el tipógrafo Ilya Zdane- vitch. Maximiliana es un homenaje al astrónomo alemán Wil-helm Leberecht Tempel (1821-1889) e incluye grabados de Ernst, entre ellos sus famosas Escrituras secretas, junto a los escritos de Tempel compuestos por Zdanevitch. Werner Spies calificó este libro como "una de las suites gráficas más importantes del siglo XX". Maite Ocaña, directora del Museo Picasso, señaló que la exposición "muestra de una manera muy completa la evolución artística de Max Ernst y, por otro lado, la diversidad de técnicas que empleaba indica hasta qué punto llevó a cabo una experimentación artística profunda. El hecho de exhibir aquí estas obras reúne a dos artistas cruciales del siglo YX que alcanzaron niveles altísimos pero nunca convergentes". Werner Spies dijo que "esta ex posición tendrá muchas estaciones, pero en Barcelona tiene la más bella".

La exposición de Ernst y el fondo de obras de Pablo Picasso que se exhiben habitual mente en el museo barcelonés componen la oferta de este centro de arte para el verano olímpico, con la adición, a partir del 25 de junio, de una selección de obras de Jaurenski, procedentes de la exposición que puede verse en la Fundación March de Madrid.

Los responsables del Museo Picasso de Barcelona explicaron ayer a este diario que la anterior exposición, Picasso 19051906. Los ocres de Gósol, abierta hasta el mes pasado, ha sido vista por 140.578 personas, con una media diaria de 2.232 visitantes. La obra de Picasso, por lo demás, tendrá un nuevo episodio de difusión internacional a partir de diciembre próximo, con la exposición Picasso despues del 'Guernika', que Werner Spies prepara para la Nationalgallerie de Berlín.