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COMUNICACIÓN

El elevangelista ultraconservador Pat Robertson, próximo dueño de la agencia prensa UPI

Antonio Caño

Las siglas UPI que hace algunas décadas fueron símbolo del periodismo más objetivo, independiente y profesional del mundo, estarán ahora en manos de un televangelista ultraconservador que, más que periodistas, lo que está acostrumbrado a dirigir es soldados de un nuevo fundamentalismo protestante. Pat Robertson, uno de esos predicadores del apocalipsis que hizo millones de dólares con sus sermones en televisión, está a punto de convertirse en el dueño de la agencia de noticias norteamericana United Press International (UPI), que ha sido sacada a subasta tras caer en la bancarrota.

Los abogados de Robertson y de UPI negocian con el juez encargado del caso los últimos detalles de la compra, que parece ya firme, puesto que no ha habido nadie más que pujase por el total de los bienes de la agencia. Las otras ofertas surgidas en la subasta mostraron interés únicamente en algunos servicios de UPI, lo que casi obliga al juez a optar por la propuesta de seis millones de dólares (600 millones de pesetas) presentada por Robertson. El televangelista empresario tiene un plazo de un mes para revisar la situación actual de la agencia antes de que la compra se haga firme.Pat Robertson ha prometido que intentará expandir la agencia, en lugar de reducirla, y ha asegurado que su ideología y sus puntos de vista religiosos no influirán en la línea ideológica de UPI. Algunos expertos reconocen que desde que abandonó su puesto de ministro de la Iglesia de los baptistas del sur para presentarse a las elecciones presidenciales en 1988 Robertson se ha ido consolidando en su papel de empresario. Actualmente recibe un sueldo de mas de 350.000 dólares al año como presidente de la compañía Internátional Fafflily Entertainment un holding. del que dependen varias emisoras de radio, un pequeño grupo de periódicos y, lo más, famoso, el canal de televisión The Family Channel.

Nuevo orden

Nacido hace 61 años y educado en la exclusiva Universidad de Yale, Robertson ha perdido cierta relevancia como predicador televisivo en los últimos años, en los que también ha moderado un poco sus puntos de vista políticos. Robertson no ha abandonado, sin embargo sus charlas religiosas en el programa Club 700, desde el que continuamente arremete contra el aborto, la homoséxualidad y la pornografía, y anuncia terribles catástrofes sobre la Tierra si el mundo continúa cayendo en el pecado.Recientemente publicó un libro en el que advertía que el nuevo orden internacional promovido por el presidente George Bush no era más que el cumplimiento de la profecía sobre el nacimiento de un nuevo Anticristo en Oriente Próximo.

La reacción en el mundo periodístico a esta extraña incursión del fanatismo religioso ha sido de asombro. Algunos de los principales redactores de UPI creen que, por el momento, lo más importante es que la agencia pueda mantenerse abierta. Otros. han advertido que abandonarán la compañía si Robertsón pretende ponerlos al servicio de sus ideas.

La agencia japonesa Kyodo el principal cliente de UPI en la actualidad, ha anunciado que le va a ser muy dificil continuar su relación con la que un día fue la primera agencia de noticias del mundo en la nueva situación. En un momento en el que los principales medios de comunicación de Estados Unidos, tanto los grandes periódicos como las cadenas de televisión, atraviesan por dificultades económicas, la compra de UPI por Robertson puede ser un signo de la capacidad de penetración en ese ámbito de millonarios recientes con claros intereses ideológicos.

"Lo que está ocurriendo es escandaloso. Pat Robertson está construyendo un imperio con el dinero que ha ganado como ministro religioso", advertía recientemente The New York Times. Se calcula que, además de Robertson, los predicadores televisivos, entre los que destacan también Jimmy Swaggart y Jim Bakker, todos ellos en la misma línea de protestantismo ultraconservador, pueden llegar a ganar unos 15.000 millones de dólares al año.

Los grandes medios estadounidenses, casi todos ellos de tendencia liberal, temen que la ofensiva de esos sectores ultras pueda llegar a calar en la sociedad. La defensa que Robertson hizo del concepto de familia religiosa durante su campaña. de 1988 llegó a poner en aprietos a Bush en algunos Estados.

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