La oposición alemana presiona a Kohl para que anticipe las elecciones
La presión para unas elecciones anticipadas ha subido de tono en Alemania tras la derrota del canciller Helmut Kohl en el conflicto del sector público. La oposición socialdemócrata ha mencionado la posibilidad de plantear un voto de no confianza en el Bundestag, casi imposible de ganar por la composición de la Cámara y la necesidad de una mayoría alternativa, pero que de contar con el apoyo de los liberales, que forman parte del Gabinete, tendría la fuerza moral de obligar a Kohl a dimitir o a convocar elecciones.
Según Bjorn Engholm, el líder del SPD, "si un Gobierno está arruinado a causa de su mala gestión y es incapaz de reaccionar, convocar elecciones es la salida más clara en una democracia efectiva". Para Oskar Lafontaine, su contrincante en las últimas elecciones, "Kohl es el gran perdedor en el conflicto salarial del sector público. Provocó una huelga política porque quería que los sindicatos se convirtieran en el chivo expiatorio de las deudas, del Estado y de las subidas de impuestos". Lafontaine, haciéndose eco de las últimas encuestas de opinión, que sitúan a la CDU-CSU en un 34% de intención de voto, uno de los porcentajes más bajos de los últimos decenios, dijo que Kohl "se agarra a su mayoría en el Bundestag, a pesar de que ha perdido su mayoría entre el pueblo".
Voto de no confianza
En términos estrictamente constitucionales, la posibilidad de éxito de un voto de no confianza es prácticamente nula. La ley fundamental alemana, escrita con la memoria puesta en la convulsa República de Weimar, exige para derrocar un Gobierno el voto de no confianza constructivo, lo que significa que la moción debe incluir la propuesta de un Gobierno alternativo que cuente con mayoría en la cámara. La presencia de los comunistas renovados y de Alianza 90, junto con el pésimo resultado obtenido por el SPD en la pasadas elecciones, impide a los liberales (FDP) repetir la operación que descabalgó a Helmut Schmidt en 1982 y llevó a Kohl al poder. Pero, dadas las crecientes tensiones en el seno de la coalición, que se acentuarán cuando en los próximos días se discutan temas conflictivos como el del aborto, la posibilidad de que el FDP salga del Gabinete es cada vez mayor. La salida de los liberales dejaría al Gobierno en minoría, aunque no sirviera para formar una mayoría alternativa, lo que llevaría a la disolución de la Cámara.La única alternativa es la de un Gobierno de gran coalición entre democristianos y socialdemócratas, como la que se acaba de pactar en el Estado de BadenWürtemberg, donde el ascenso de la extrema derecha no ha dejado otra alternativa. El SPD y el Gobierno la descartan.
Kohl, por su parte, se reunió ayer con un grupo de empresarios y de representantes de los sindicatos y aprovechó la ocasión para acusar a estos últimos de "insolidarios".
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