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Génova se acelera para poder abrir el viernes su 'Expo' sobre Cristóbal Colón

España lleva a la ciudad italiana un 'goya' y cartas del almirante y de los Reyes Católicos

Génova es una enorme obra. Andamios, grúas y excavadoras campan a sus anchas, tanto en la monumental entrada del palacio Ducal como en las callejuelas degradadas del barrio antiguo, dónde abundan los camellos, o en la dársena del puerto viejo, sede de la Exposición Internacional sobre La Nave y el Mar, con la que la patria chica de Cristóbal Colón quiere conmemorar al más célebre de sus muchos marineros. En la Piazza del Ferrari, un artilugio metálico marca los segundos -13.649.330, a las 12.30 del pasado jueves- que faltan para el quinto centenario del histórico Doce de Octubre. Pero los plazos de la Expo genovesa son más cortos: se inaugura el próximo viernes y resulta difícil creer que todo vaya a estar a punto.

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Una grúa gigante para el futuro

El gobernador de la provincia ha prometido que incluso estarán terminadas las obras de una vía subterránea para coches que actualmente separan a la ciudad del mar, dificultando enormemente el acceso al área del puerto viejo. Restablecer esa comunicación -interrumpida hace años por otro paso elevado que puede competir como fracaso estético con el que hubo en la madrileña plaza de Atocha, y por la degradación urbana de una capital de la construcción naval y del acero hoy castigada por el paro- es precisamente el primer objetivo del diseñador de la Expo, genovesa, el arquitecto Renzo Piano.Su proyecto se ha desarrollado sobre una superficie de unas seis hectáreas, en una dársena histórica desde el siglo XI, como centro de la ciudad que creció sobre las montañas formando un bello embudo.

Cuatro casas del siglo XVII cubiertas de frescos, un almacén de café del XIX y unos almacenes de algodón construidos en ese mismo siglo, sobre una planta de 12.000 metros cuadrados, han sido reestructurados para alojar los pabellones de alrededor de 52 países y organizaciones internacionales, incluidos algunos tan poco marineros como Suiza o el Vaticano.

El área expositiva se cierra a la derecha, en forma aproximada de rectángulo, con un muelle sobre el que se alza un nuevo acuario, el segundo más importante del mundo después del de Osaka, según los portavoces del Ente Colombo 92, organizador del evento.

Acuario estrella

El acuario, estrella de la exposi ción, dotado de cuatro grandes vasijas de siete metros de altura y totalmente diáfanas a la vista en sus 25 metros de ancho, sólo funcionará, sin embargo, en un 40% de sus instalaciones durante los tres meses, del 15 de mayo al 15 de agosto, que durará esta Expo. Una parte del resto alojará al pabellón de Italia, que, prolongado en un buque adyacente construido especialmente para la exposición, será el más grande.

En el pabellón italiano habrá cuadros die Ghirlandaio, Guccione, Tiépolo, Velázquez, Braque y Magritte, entre otros, para ilustrar aspectos de la historia de la navegación. En otra sala se trabaja en la construcción del modelo del esqueleto de una ballena, mientras en una tercera se exhiben máscarones de proa de los siglos XIV a XVII -monedas y barcos de plata de diversas épocas y estilos.

Con un goya y un dalí, el pabellón español, que ocupa 1.500 metros cuadrados en dos pisos de los almacenes de algodón será el único, junto al italiano, que incorporará obras artísticas de renombre. Ricardo Bofill, que lo ha diseñado, ha utilizado acero, cristal, lonas de vela y madera para recrear un ambiente etéreo y vagamente marino que realce la importancia documental de los contenidos expuestos. En 16 vitrinas se exhibirán las Capitulaciones de Santa Fe, cartas autógrafas de Colón, los Reyes Católicos y Magallanes; sellos de Jaime I, monedas y maquetas de barcos.

Audiovisuales

La mayoría de los países han recurrido, en cambio, a los medios audiovisuales. Así, Estados Unidos los utiliza profusamente para explicar la importancia de las vías acuáticas en el desarrollo.Japón tiene, además de un pabellón en tierra, un barco expositor, que incluye una sala de Jorovisión, avanzado sistema de proyección sobre decorados reales que crea la ilusión de un teatro mágico en tres dimensiones.

Alemania ha trasladado a Génova un moderno submarino de uso científico, pero también el primer submarino experimental, construido en 1853. Tiene capacidad para tres personas, pesa ocho toneladas y funciona con propulsión a pedales. Francia ha montado un espacio casi teatral, muy centrado en las exploraciones submarinas; el Reino Unido insiste en la historia de los instrumentos de navegación, e Israel expone una barca de la época de Cristo.

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