Una grúa gigante para el futuro
El símbolo de la Exposición de Génova es el Bigho, una grúa gigante de ocho brazos metálicos, el mayor de los cuales mide 70 metros. Tres de ellos sostienen la gran carpa que cubre la plaza de las Fiestas, donde el próximo 6 de julio, en el casco de un galeón, Vittorio Gassman estrenarásu espectáculo Moby Díck, que viajará a Sevilla una semana más tarde. Del más largo pende un ascensor giratorio que permite ver Génova desde el mar, algo a lo que los propios genoveses están poco acostumbrados.
En primer plano, durante el ascenso, dominando las torres y cúpulas que escalan hasta los fortines de las montañas circundantes, se perciben las callejuelas del centro histórico próximo al puerto, cuya decadencia social y arquitectónica se ha tratado de contener con esta exposición.
Gianfranco Merli, director del Ente Colombo 92, la describe habitualmente como "una gran operación inmobiliaria", en la que el Estado italiano ha invertido 679.000 millones de liras (más de 56.000 millones de pesetas),
De éstos, 103.000 millones de liras corresponden al coste del acuario, la instalación permanente de función más clara que le quedará a la ciudad, junto a un moderno centro de congresos de 1.500 plazas. La cifra incluye también el coste del pabellón Italia, cifrado en 42.000 millones de liras.
Cuatro millones
Los organizadores esperan recibir en los próximos tres meses cuatro millones de visitantes, dispuestos a pagar las 25.000 liras (2.075 pesetas) que costará la entrada.Para después del mes de agosto se estudian diversos proyectos de utilización de los pabellones con el fin de que mantengan una cierta animación nocturna en esta zona de Génova frecuentada por la delincuencia.
Entre ellos, ofrecerlos a las redacciones de los periódicos; que trabajan hasta tarde, construir una discoteca o un moderno gimnasio para ejecutivos.
