Serbios y croatas siguen combatiendo, pese a su acuerdo para la partición de Bosnia
HERMANN TERTSCH / AGENCIASFuertes combates en la región suroccidental de Mostar y en el norte de Bosnia-Herzegovina (BiH), sobre todo en Bosanski Brod, demostraron ayer el nulo eco de la orden de alto el fuego entre fuerzas serbias y croatas emitida tras el acuerdo para la división territorial de esta república firmado el miércoles por dirigentes de estas dos etnias en la ciudad austriaca de Graz.
Mostar y el norte son las únicas zonas donde la orden de alto el fuego podía haber tenido efecto por estar en ellas las fuerzas croatas directamente controladas por el ala radical herzegovina de la Comunidad Democrática, Croata, cuyo máximo exponente es Mate Boban, firmante del documento de Graz con el serbio Radovan Karadzic. En los otros frentes y en Sarajevo, las fuerzas croatas combaten junto con las musulmanas y los serbios leales a la presidencia bosnia contra la guerrilla serbia y el Ejército controlado desde Belgrado, porque rechazan los compromisos de división territorial de Bosnia-Herzegovina que se derivan del acuerdo.Mientras los combates se cobraban al menos 50 muertos y más de 150 heridos en tan sólo dos días, el presidente de Croacia, Franjo Tudjman, negaba ayer que los croatas hayan pactado con los serbios de Bosnia-Herzegovina un acuerdo a expensas de los musulmanes de esa república, informa Efe. "El encuentro de Graz", asegura en una carta al senador norteamericano Robert Doyle, "fórma parte del proceso de negociación bajo los auspicios de la CE, en la que ya se ha acordado preservar la integridad territorial de Bosnia".
En Belgrado, la prensa controlada por el presidente serbio, Slobodan Milosevic, vertió ayer duras críticas contra los altos mandos del Ejército destituidos el viernes. "Desde el comienzo de la guerra sucia en Yugoslavia, ni un general o ministro de Defensa ha estado a la altura de su deber, político y inilitar", decía un rotativo.
Con esta purga, que trata de hacer al mando militar principal responsable de la guerra e intenta presentar a Milosevic ante la opinión pública como el hombre que limpia de comunistas la jefatura militar, el régimen serbio continúa sus intentos por evitar un aislamiento total. El principal objetivo es lograr el reconocimiento de la federación serbio-montenegrina como sucesora, legal de la antigua Yugoslavia.
El nuevo hombre fuerte del Ejército, Vuk Obradovic, reiteró la promesa de retirar a Serbia y Montenegro a todos los soldados nacidos en estas repúblicas y que sirven actualmente: en el Ejército en Bosnia.
Las más prudentes estimaciones cifran en al menos 40.000 los serbios nacidos en Bosnia enrolados en el Ejército serbio-federal en esta república y que, con la retirada oficial del Ejército a Serbia y Montenegro, permanecerán con todas sus armas y con la única salida de integrarse en las fuerzas territoriales de la autoproclamada República -Serbia de BosniaHerzegovina. Ésta cubre ya más del 65% del Estado reconocido intemacionalmente.
La autoproclamada República Serbia de BiH desempeña un papel clave en el acuerdo firmado en Graz. En éste, el líder croata, Mate Boban, reconoce de hecho a Radovan Karadzic como líder de esta república y su derecho a controlar la mayor parte del Estado a repartir. A cambio, la parte serbia reconoce como zona croata a la Herzegovina occidental, fronteriza con Croacia. En Graz, Boban y Karadzic no lograron, un acuerdo sobre la frontera en Herzegovina. Aunque coinciden en que transcurra por el río Neretva, los croatas piden toda la ciudad de Mostar. Los serbios quieren los barrios de la margen izquierda del río.
El acuerdo ha sido condenado por todas las fuerzas leales a la presidencia de Sarajevo, la totalidad de la comunidad musulmana, una mayoría de la croata y una minoría serbia.
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