El responsable de las operaciones de paz de la ONU, a punto de morir por una granada en Sarajevo
Marrack Goulding, el segundo hombre en la jerarquía de las Naciones Unidas tras el secretario general, Butros Gali, y responsable de todas las operaciones de paz de la ONU en marcha hoy en el mundo, estuvo a punto de morir ayer al estallar a menos de 20 metros una granada de mortero cuando abandonaba la sede de las Naciones Unidas en Sarajevo y se dirigía a la presidencia de la república de Bosnia-Herzegovina. Goulding y sus acompañantes resultaron ilesos, pero la agresión arroja graves interrogantes sobre la posibilidad de despliegue de cascos azules en Bosnia-Herzegovina que él ha venido a sondear.
En una tanqueta de las tropas de las Naciones Unidas, a las 18,30 de la tarde y después de atravesar un centro urbano de Sarajevo en el que ardían numerosos edificios a causa de los bombardeos y los ciudadanos les saludaban entre agradecidos y escépticos, Goulding ya había sido recibido con la explosión de dos granadas lanzadas por carros de combate de que sólo dispone en Sarajevo el Ejército serbio-federal.
La guerra es total en Bosnia-Herzegovina entre las fuerzas gubernamentales bosnias y el Ejército serbio-federal y la guerrilla que le apoya. Cadáveres en las calles, edificios y vehículos ardiendo y las detonaciones de granadas de diverso calibre y ráfagas de ametralladora seguían dominando el panorama urbano de la que fue en su día ciudad olímpica y paradigma de la tolerancia ética, política y moral.
Los blindados de la ONU tuvieron que cerrar sus puertas ante el peligro omnipresente de los tiradores que se volvieron a cobrar diversas víctimas. Tras una jornada saturada de bombardeos, combates, víctimas y damnificados, la Comunidad Europea (CE) volvió a congratularse por un acuerdo del alto el fuego que habría de durar pocos minutos.
"Aunque dure dos horas tan sólo, el alto el fuego, habremos salvado bastantes vidas", señaló a este periódico Calm Doyle, enviado especial de lord Carrington y principal mediador en el conflicto, sin disimular su profundo escepticismo, tras un viaje que calificó de terrible pérdida de tiempo y "grave trastorno a los planes previstos" en declaraciones de EL PAÍS. Goulding intentará hoy frenar la espiral bélica que ya ha causado centenares de víctimas en esta república ex yugoslava.
Fuera de control
La guerra en Bosnia-Herzegovina había escapado ayer ya a todo control y -la influencia de los esfuerzos mediadores internacionales se desvanecían por momentos. Más de veinticinco horas de bombardeos ininterrumpidos hacían arder al anochecer numerosos edificios en el centro de la capital y la cifra de muertos y heridos sigue creciendo en toda la república.
En Belgrado, el Gobierno s serbio-federal hizo ayer pública la esperada llamada a todos los ciudadános de Serbia y Montenegro que sirven en el Ejército para que regresen a sus repúblicas de origen en un plazo de quince días y se incorporen al Ejército de la nueva Yugoslavia. Este llamamiento es un nuevo intento del régimen del presidente serbio Slobodan Milosevc de presentarse ante la comunidad internacional como ajeno al conflicto de Bosnia-Herzegovina.
Sin embargo, el ministro serbio-federal de Defensa, Blagoie Adzic, ya ha asegurado que el 80% de las fuerzas del Ejército en Bosnia son nacidos en esta república, aunque la práctica totalidad son de etnia serbia. Esta cifra de Adzic contrasta con el alto porcentaje de militares procedentes de Serbia que había entre los detenidos por las fuerzas bosnias tras asaltar un convoy militar el domingo en Sarajevo.
No obstante, dada la situación, nadie podrá impedir que, al igual que las guerrilla cuentan con numerosos voluntarios armados y financiados en Serbia, el Ejército cambie su nombre por el de Defensa Territorial de la autoprociamada República Serbia de Bosnia-Herzegovina (SRBiH). Así continuará, oficialmente independiente de Belgrado, su política de "liberar" para el control serbio las regiones de Bosnia-Herzegovina que quieren anexionar de una u otra forma a la federación serbio-montenegrina.
Las granadas caían ayer sobre Sarajevo con implacable regularidad. Una breve fase de relativa tranquilidad fue interrumpida por nuevos bombardeos de los barrios musulmanes de la periferia y combates en la zona suroccidental de la ciudad que grupos serbios intentaban tomar a toda costa. En una incursión de estas bandas en un barrio bajo el monte de Vraca murieron al menos cinco civiles.
Las negociaciones previstas para la mañana entre la presidencia de la república. y el Ejército serbio federal no se celebraron debido, por un lado, al intenso bombardeo del centro que impedía la salida de la presidencia de sus miembros y, por otro, al bloqueo por fuerzas territoriales del cuartel de Lukavica, donde se hallaba el comandante en jefe del Ejército serbio-federal, Milutin Kukanjac.
Las fuerzas de Bosnia-Herzegovina lanzaron un ultimátum al Ejército para que evacúe antes de la medianoche de hoy dos cuarteles y el hospital militar en la ciudad, ya rodeados en su totalidad por las- fuerzas de la nacionalista Defensa Territorial.
Mediación comunitaria
Por otra parte, la reunión de la conferencia de paz para Yugoslavia que hoy se celebra en Bruselas es decisiva para el éxito de la labor de mediación de la Comunidad Europea, informa Nicole Guardiola desde Lisboa. El ministro portugués de Extenores, Joáo de Deus Pinheiro, admitió el lunes que los Doce encaran la eventualidad de renunciar a su mediación en los conflictos en curso en la antigua Yugoslavia, aunque la presidencia portuguesa espera aun que las negociaciones de Lisboa acaben por producir algún resultado.
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