Fin de semana sin playas ni vida social
Los bañistas que llegaron este fin de semana, con su tabla de surf bajo el brazo, dispuestos a disfrutar de su deporte favorito en las playas de Los Ángeles se las encontraron cerradas y ocupadas por fuerzas militares y policiales.Las autoridades ordenaron la clausura de las principales áreas, de baño de la ciudad californiana por miedo a que se reprodujeran en ellas los enfrentamientos raciales de los últimos días.
"Los Ángeles sin playas no es lo mismo" decía en la televisión uno de esos bronceados bañistas de camiseta rosa que han dado imagen a esta ciudad.
Para los aficionados al deporte, Los Ángeles tampoco es lo mismo sin los Lakers, el famoso equipo de baloncesto, que tuvo que suspender su partido del sábado y trasladarse a jugar el domingo hasta Las Vegas. Otra mítica institución deportiva de la ciudad, el equipo de béisbol Dodgers, tuvo también que aplazar su juego.
Conciertos, exposiciones, desfiles de moda, fiestas, todo aquello que hace de Los Ángeles uno de los mayores paraísos de diversión y actividad social quedaron cancelados este fin de semana. En muchos casos, las actividades se han suspendido por el temor de que se junten aficionados de distintas razas en cualquier escenario de masas.
La excepción de Santa Mónica
En las playas de Venice y Playa del Rey, por ejemplo, se reúnen cada fin de semana más de 100.000 jóvenes negros y blancos que establecen competiciones de musculatura y cuidado físico. Permaneció abierta, sin embargo, la playa de Santa Mónica, que es mayoritariamente utilizada por blancos, aunque se restringieron los accesos por carretera.
Los zonas turísticas de la ciudad, sobre todo Hollywood Boulevard, y de compras empezaron a funcionar ayer con casi total normalidad, aunque los turistas estaban más interesados en fotografiar los edificios calcinados que las limusinas aparcadas frente a Rodeo Drive, en el hotel donde se rodó la película Pretty Woman.
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