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Una mujer fue asesinada de un tiro en la calle de Atocha por un ajuste de cuentas

María Violeta Alba Fernández, de 30 años, murió el domingo por la noche después de que un hombre le disparase en un costado en la calle de Atocha, cerca del hostal donde vivía.La mujer regresaba al hostal residencia Martín, en el número 43 de la calle de Atocha. Poco antes de las once de la noche, un hombre disparó una vez sobre Alba y huyó en un coche, según los vecinos.

La mujer se arrastró hasta el portal del hostal y pudo llamar al telefonillo, según relataba, ayer el hijo del dueño de la residencia. "Llamó, bajé, y me encontré la papeleta". "¡Llamad a la policía!", pudo decir la mujer, y luego: "Me han matado". El joven avisó a una ambulancia, que evacuó a la chica al hospital Gregorío Marañón, donde falleció.

La policía encontró después un casquillo del 9 corto, y sospecha que el crimen sea un ajuste de cuentas por narcotráfico, "dados los antecedentes de la víctima", según informaron ayer fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Según el hijo de la dueña del hostal donde vivía María Violeta Alba desde hacía dos semanas, su cliente, nacida en Oviedo, hacía una vida tranquila y no salía nunca por la noche. "Daba la impresión de que había venido a arreglar papeles a Madrid", agregó el muchacho, quien la recordaba como "una persona muy afable, de buena vida".

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Siete personas participaban en una red de tráfico de cocaína que ha sido desarticulada. Los dos dueños de una tienda de regalos distribuían droga a camellos que la vendían en discotecas del centro y de la carretera de La Coruña. Según fuentes policiales, Francisco Manuel García Castro, de 27 años, y Francisco García García, de 38, residentes en un piso de la calle de Sainz de Baranda, poseen una tienda en la calle del Doce de Octubre, en Retiro, y colaboraban con María Dolores Chaves Batista, de 30 años, la dependienta de la tienda, que recibía los pedidos de los camellos y concertaba las citas para suministrar las drogas.

El jueves, la policía detuvo cerca de allí a José Luis Alonso del Castillo, Ángel Mejías Fiel y óscar Esparteo López, tras comprar 165 gramos de cocaína a Julián García Almazán, que era el encargado de repartir la droga.

Los agentes de policía registraron la casa de los dueños de la tienda, donde encontraron 1.035 gramos de cocaína, utensilios para manipular droga y seis millones de pesetas.

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