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CRISIS DE GOBIERNO EN BONN

Genscher deja la diplomacia germana en medio de una profunda crisis del Gobierno de Kohl

Un terremoto y varios temblores sacudieron ayer al Gobierno, alemán. Mientras el país sufría los primeros efectos de una huelga de los servicios públicos, el eterno ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Hans-Dietrich Genscher, presentó su renuncia tras 18 años en el puesto. Poco después dimitía la ministra de Sanidad, Gerda Hasselfeldt (CSU), a causa de un asunto de espionaje, siendo sustituida por Horst Seehofer. En medio de esas sacudidas, el canciller Helmut Kohl decidió nombrar a Peter Hintze como nuevo secretario general de] partido democristiano (CDU), fuerza dominante en el actual Ejecutivo alemán.

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Ante la posibilidad de que la dirección de la diplomacia alemana, un puesto muy apetecido en la CDU, escapara de sus manos, el partido liberal (FDP), socio minoritario pero imprescindible en el Gobierno, quiso dejar claro que en ningún caso renuncia a la cartera de Exteriores, y anunció a media tarde, tras una reunión de su presidencia, que su candidata al puesto es Irmgard Adam Schwätzer, de 50 años, actual ministra de Vivienda. Una relativa sorpresa, ya que los liberales con mayor peso en el Gabinete, el ministro de Economía, Jürgen Möllemann, y el de Justicia, Klaus Kinkel, parecían contar con más posibilidades que esta mujer, que, pese a todo, fue subsecretaria de Exteriores desde 1987 a 1991, lo que hace sospechar que era la candidata de Genscher. Su nombramiento, en todo caso, depende de Kohl.La renuncia de Genscher fue totalmente inesperada y añadió desconcierto a una jornada crispada por la huelga de los servicios públicos. El ministro de Exteriores más veterano del mundo anunció por la mañana, tras una corta reunión de la presidencia del FDP, que le había pedido al presidente federal, Richard von Weizsäcker, que le dispensara de las responsabilidades de su cargo el próximo 17 de mayo, cuando se cumplen los 18 años en el mismo. "Mi decisión de dejar el Gobierno", dijo a sus compañeros del partido, "no ha sido fácil, pero después de tanto tiempo en el puesto creo que ha llegado el momento de abandonar el cargo de ministro de Asuntos Exteriores voluntariamente, dejando un tiempo suficiente hasta las próximas elecciones generales" de 1994.

Según su esposa, Barbara, y pese a que Genscher ha sufrido un par de ataques al corazón y ha sido operado varias veces, "la salud no ha desempeñado ningún papel en la decisión, aunque le vendrá bien a mi marido frenarse un poco". Según el propio Genscher, la decisión la tomó a principios de este año y se la comunicó inmediatamente a Kohl. Igualmente, durante estas pasadas vacaciones de Pascua, ambos líderes se reunieron para hablar del caso. Algunos observadores apuntan a la ausencia de mención al canciller en las palabras pronunciadas ayer por Genscher, en el sentido de que podría indicar un deterioro de las relaciones entre ambos.

Sin embargo, en una carta dirigida al canciller hecha pública ayer, el político liberal agradece a Kohl el haber podido trabajar juntos durante casi diez años, desde que gracias a su cambio de alianzas permitió el ascenso del político democristiano al poder. "Estuvimos siempre unidos en nuestra meta de la unidad alemana", dice la carta. "Haberla conseguido juntos pertenece a las inolvidables experiencias de nuestra cooperación. Espero que nuestra amistad personal continúe en el futuro. No faltará la voluntad de mi parte para ayudarle tanto como pueda en el Gobierno, en el difícil camino que hay por delante".

Veladas críticas

Si hay que creer a quienes leen entre líneas, esta última frase esconde la gran crítica de Genscher hacia la política actual del canciller, cuya popularidad se encuentra ahora bajo mínimos y cuando todas las encuestas sitúan muy por delante a la oposición socialdemócrata. En este sentido, la dimisión de Genscher abre para su partido la posibilidad de un acercamiento al partido socialdemócrata (SPD), inviable mientras él permaneciera en supuesto, debido a que las llagas de su traición de 1981 aún no se han cerrado en el SPD.

Kohl contraatacó rápidamente indicando que la renuncia de Genscher no debilita a su Gobierno. Para el canciller, que alabó a su ministro y calificó su carrera como "una de las más inusuales de la historia de Alemania", se trata de una decisión "natural" después de tanto tiempo en el puesto. Genscher, por su parte, reconoció que había empezado a pensar seriamente en abandonar su cargo a principios de 1991, precisamente cuando durante la guerra del Golfo la postura de Alemania fue duramente criticada por sus aliados. Añadió, sin embargo, que no abandonaba su puesto en el Bundestag (Parlamento) y que había que seguir contando con él en la arena política.

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