Los Iimpiadores suspenden la huelga al optar el Gobierno por el arbitraje

Los trabajadores de la limpieza de Madrid decidieron ayer en asamblea suspender la huelga comenzada el 24 de marzo una vez conocida la decisión del Consejo de Ministros de imponer el arbitraje obligatorio para resolver el conflicto. El árbitro deberá adoptar su decisión sobre el nuevo convenio en un máximo de 15 días. Los limpiadores cumplieron su trabajo en los turnos de anoche en el aeropuerto y en las estaciones del metro madrileño. Los sindicatos habían sugerido, aunque no solicitado, la intervención del Gobierno como único remedio después de la inviabilidad de negociar con la patronal Aelma.

La huelga de limpieza de Madrid comenzó el día 24 de marzo y había creado graves problemas de higiene en decenas de colegios públicos del sur, la red del metro y el aeropuerto, entre otros centros. La portavoz del Ejecutivo, Rosa Conde, justificó ayer la medida por las "especiales consecuencias negativas" para los ciudadanos del desacuerdo entre trabajadores y empresarios.Los 1.500 empleados de la limpieza que ayer se reunieron en asamblea decidieron por unanimidad, sin ningún voto en contra o abstenciones, la "suspensión cautelar" de los paros.

UGT y CC OO han citado a la patronal este mediodía para ofrecer su lista de mediadores, "todos ellos expertos en relaciones laborales y conocidos en la sociedad madrileña", según un portavoz de Comisiones Obreras, que declinó dar los nombres.

Los operarios no harán esfuerzos extraordinarios para dejar limpios los centros públicos a marchas forzadas, a no ser que se les incentive económicamente por ello, según anunciaron fuentes sindicales. Los empleados de Urbaser, una de las dos contratas del metro, recibieron anoche la negativa de la empresa a un extra de 25.000 pesetas para quitar toda la porquería acumulada.

Los limpiadores llegaron anoche puntualmente, a las once de la noche, a las casetas donde se cambian, en las estaciones de Ventas y Goya. En el aeropuerto de Barajas, los operarios del turno de noche empezaron a las 23.15 a retirar el mar de papeles y desperdicios que alfombra las salas desde el 24 de marzo.

Los trabajadores estaban anoche con la moral muy alta. Que el Gobierno en pleno se haya ocupado de sus asuntos laborales fue algo inesperado, y alentador, según coincidían en señalar anoche los que se reincorporaban a sus puestos. Este deferencia compensa las 3.500 pesetas que dejarán de ingresar por cada día de huelga. En el metro, Juan Antonio Calixto exclamaba: "Nos queda el orgullo de que el sector más arrastrado hay llegado hasta el Consejo de Ministros".

"Un poco tarde"

La decisión del Gobierno fue valorada positivamente por las dististas administraciones, informa Efe, aunque en el Ayuntamiento señalaron que ésta se tomó un poco tarde.

"Celebramos el final de la huelga", dijo Luis María Huete, primer teniente de alcalde y alcalde en funciones del PP. "La medida es buena, pero tardía, habida cuenta de que ya ha existido una mediación por parte del delegado del Gobierno y, dada la situación, debían haberse adoptado medidas urgentes".

El socialista Julián Revenga, consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid, también aplaudió la decisión y añadió: "El Ayuntamiento de Madrid se ha comportado como si con él no fuera el problema, cuando era un conflicto que afectaba a todos los ciudadanos y requería la actuación de todas las administraciones".

Sindicatos y empresarios tienen ahora tres días para elegir, al alimón, la persona encargada de realizar el arbitraje. Si, como es previsible, no llegan a ponerse de acuerdo sobre el mediador será el delegado del Gobierno el que, en un plazo de 24 horas, designe a la persona adecuada. Para el lunes tiene que estar designado el árbitro. A partir de ahí el elegido como intermediario tiene un plazo máximo de 10 días para establecer las medidas de obligado acatamiento para las dos partes en conflicto.

El arbitraje fue solicitado al ministro de Trabajo, José Luis Martínez Noval, por el delegado del Gobierno, Segismundo Crespo ante la ruptura de las negociaciones. Esta medida arbitral, regulada en el Real Decreto-ley del 4 de marzo de 1977, sólo la puede tomar el Gobierno, a propuesta del Ministerio de Trabajo, "teniendo en cuenta la duración o las consecuencias de la huelga, las posiciones de las partes y el perjuicio grave de la economía nacional". Con esta determinación del Consejo de Ministros queda descartada una posible intervención del Ejército para la limpieza de los centros públicos.