Del gazpacho al cochecito eléctrico

A. V. G. Frente a las importantes cifras que manejan los organizadores de la exposición, el visitante deberá familiarizarse sin duda con otras que, si bien no son menos importantes respecto a su economía doméstica, son mucho más modestas. Se trata de los precios que tendrá que pagar por disfrutar de un espectáculo, comprar un helado o almorzar en el recinto. Los concesionarios y los exclusivistas, por su parte, arriesgan cantidades variables con la esperanza de obtener beneficios en las muchas facetas comerciales posibles.

El visitante podrá, por ejemplo, alquilar un cochecito eléctrico -como los que utilizan los golfistas- para recorrer la exposición por 15.000 pesetas, o invertir una cantidad módica en una comida en una hamburguesería, o bien disfrutar con un banquete suntuoso en uno de los numerosos restaurantes internacionales especializados en platos autóctonos. Los organizadores no han recomendado a los concesionarios un límite en los precios, pero han intentado que en La Cartuja haya una oferta lo suficientemente amplia para que cualquier economía pueda abordar el sustento que considere más accesible. El consumidor podrá elegir entre 400 establecimientos para saciar la sed y el hambre. La Expo contará con 10 puestos de venta de zumos de fruta, 200 tiendas con productos relacionados con la exposición, otras 14 de antigüedades, 22 de artesanía, 12 de material fotográfico, e incluso 2 peluquerías explotadas por la firma Vitorio, 2 floristerías concedidas a Iberflora, más 6 puestos de golosinas.

Lo autóctono

Entre todas las concesiones, quizás la más peculiar sea la lograda por Andaluza de Gazpacho SA, con sede social en Mairena del Alcor, a 30 kilómetros de Sevilla. Esta singular sociedad decidió vender de manera ambulante por todo el recinto la más famosa y celebrada de las sopas frías andaluzas, que además, según los dietistas, es uno de los alimentos más completos que existen.

Pero si las gazpacheras ofrecen la sopa en una celebración ecuménica, los empresarios han decidido bautizarlo como gazpacho universal, lejos de reivindicaciones localistas o regionales. Otra empresa andaluza, La Ibense, radicada en Sanlúcar de Barrameda, es la única autorizada a vender helados. En total 20 heladerías y 40 carritos móviles.