El Consejo de Universidades resucitará al 'penene' con el nombre de profesor lector

La madre de todas las batallas de la Universidad española de los años sesenta y setenta, los profesores no numerarios (penenes) está a punto de resucitar en un lujoso hotel de Palma de Mallorca. En él se reúne, desde ayer, el Consejo de Universidades bajo la presidencia del ministro de Educación, Javier Solana, con un decisivo punto en el orden del día: la reforma de la LRU, que, de ser aprobada, supondrá la resurrección de la figura del penene bajo la denominación de profesor lector. Asimismo, el consejo aprobará una veintena de nuevos títulos.Esta minirreforma de la LRU (a la que CC OO ya se ha apresurado a calificar como la "contrarreforma") asigna al profesor lector la misión de rescatar la desvirtuada figura del profesor asociado.

De los 20.000 profesores actualmente contratados por las universidades, 16.000 lo están bajo la denominación de asociados. Pero el asociado es definido en la LRU como un "especialista de reconocido prestigio que desarrolla normalmente su actividad profesional fuera de la Universidad". Es evidente que muy pocos de esos 16.000 asociados teóricos cumplen tal condición; son simplemente profesores universitarios puros, licenciados o doctores, que no han accedido aún a los cuerpos de funcionarios docentes de la Universidad.

Pues bien, el lector viene a depurar esa desvirtuada figura del asociado, pero, a cambio, permite que aflore a la superficie el verdadero rostro de un profesor contratado sin derechos laborales, que no es otro que el del penene.

En el documento que analiza el consejo se afirma que el lector será un licenciado o doctor que previamente haya sido ayudante y cuyo contrato será "siempre de tipo administrativo". La duración de su contrato será de dos años renovable por otros tres.

Contrato administrativo, pues, por tanto no laboral (el viejo grito de guerra de los penenes), aunque, paradójicamente, los lectores de nacionalidad extranjera sí tendrán el privilegio de que su contrato sea laboral.

La misma circunstancia se produce en el caso del ayudante, otra de las figuras que se pretenden reformar. Si es extranjero, su relación con la Universidad contratante tendrá el carácter de un contrato laboral, pero el del español no. La principal novedad, en el caso del ayudante, es que se le abre la posibilidad de asumir mayores responsabilidades docentes.

Nuevas carreras

El consejo, si no se producen modificaciones de última hora, aprobará las siguientes nuevas carreras universitarias: ocho licenciaturas (en Humanidades, Lingüística, Documentación, Pedagogía, Psicopedagogía, y en Máquinas Navales y Transporte Marítimo); cuatro ingenierías (industrial, química, naval y oceánica, y en Geodesia y Cartografía); dos ingenierías técnicas (en Estudios Marinos y en Propulsión y Servicios del Buque); tres diplomaturas (en Máquinas Navales, en Navegación Marítima y en Radioelectrónica Naval), y las directrices para los títulos de arquitecto y arquitecto técnico.

El título de diplomado en Pesca Marítima, que iba a ser aprobado en este pleno, ha quedado aparcado porque el consejo debe depurar aún su posible solapamiento con algún título del ámbito de la formación profesional.