Felipe González supedita la ampliación de la CE al cumplimiento de los acuerdos de Maastricht

IGNACIO CEMBRERO ENVIADO ESPECIAL, Felipe González respaldó ayer en Bonn el punto de vista del canciller alemán, Helmut Kohl, sobre una rápida ampliación de la Comunidad Europea hacia Centroeuropa. Pero el jefe del Gobierno español supeditó la incorporación de nuevos miembros a un acuerdo sobre el incremento del presupuesto de la CE, para poder así transferir más fondos a sus miembros menos desarrollados, según lo pactado en diciembre en la cumbre comunitaria de Maastricht.

Acompañado por su esposa, Carmen Romero, González, que asistió hasta ayer en la capital alemana a la reunión de un foro de debate paneuropeo patrocinado por la Fundación Bertelsmann, se mostró partidario de la celebración de un Consejo Europeo extraordinario para allanar el camino de la cumbre ordinaria de Lisboa, en junio. "Hace ya tiempo que me pronuncio en ese sentido", dijo.Dentro ¿le dos meses, los Doce deben, en principio, llegar a un compromiso sobre el llamado paquete Delors II, que prevé un aumento del presupuesto comunitario en un 31% de aquí a 1997 para reforzar así la cohesión o solidaridad de los Estados más desarrollados de la CE con los cuatro menos prósperos, entre los que figura España. Las reticencias de Alemania, principal contribuyente de las arcas comunitarias, hacen muy difícil la obtención de un acuerdo."Desde un punto de vista práctico", afirmó Felipe González en el curso de un encuentro con la prensa antes de regresar a Madrid, me parece imposible que la CE se plantee seriamente un proceso de ampliación si no ha despejado, entre otras, las incertidumbres financieras para los próximos años. ( ... ) Imagínense lo que supondría que nuevos socios entrasen sin tener un cuadro de ingresos y gastos que pudieran asumir".

El jefe del Gobierno, después de haber escuchado a rusos y ucraníos -ayer se entrevistó con el presidente de Ucrania, Leonid Kravchuk-, reconoció que los responsables de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) están deseosos de asociarse al club de los Doce y perciben las recomendaciones occidentales "como un intento de condicionar la ayuda al mantenimiento de un esquema de unión, del viejo orden".