Robespaul, en Interior
Desde 1981, el nuevo ministro del Interior francés lucha contra el apodo de Robespaul, una contracción de Robespierre, el cruel revolucionario de 1789, y de su nombre propio, Paul. Recién llegado Mitterrand a la presidencia, Paul Quiles, pidió en el congreso socialista de Valence que "cayeran las cabezas" de los funcionarios que frenaban las reformas de la izquierda.En 1983, cuando intentó arrebatarle a Jacques Chirac la alcaldía de París, Quiles contraatacó con el lema "Quiles, ternura". El mensaje no caló y Chirac siguió conservando la alcaldía. Desde entonces Quiles ha preferido construirse una imagen de fiel servidor del Estado. Uno de sus colaboradores lo calificó ayer de "pragmático, organizador, trabajador y algo rígido y frío". De este hombre, José Luis Corcuera, su homólogo español, deberá obtener una colaboración tan entusiasta en la lucha antiterrorista como la que, a fuerza de vino segoviano, vídeos de atentados terroristas, incesantes llamadas telefónicas y agotadores encuentros personales, obtuvo de Marchand.
A lo largo de toda la presidencia mitterrandiana, Quiles ha dirigido principalmente ministerios técnicos: Urbanismo, Turismo, Correos y Telecomunicaciones y Transportes. Tan sólo entre septiembre de 1985 y marzo de 1986 ocupó una cartera política: la de Defensa. En ese departamento fue encargado de poner orden en los servicios secretos tras el escándalo del atentado francés contra el buque Rainbow Warrior. Nacido en Argelia, ha probado que puede reformar sin que corra la sangre.
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