El Consejo de Seguridad aprueba un bloqueo aéreo total y embargo de armas contra Trípoli
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó ayer un bloqueo aéreo total contra Libia (sólo se permitirán vuelos humanitarios) y de venta de armas. Diez miembros del Consejo votaron a favor de las sanciones y otros cinco (China, la India, Zimbabue, Marruecos y Cabo Verde) se abstuvieron. China, como estaba previsto, no ejerció el derecho de veto de que disfruta. Con las sanciones del Consejo de Seguridad a Libia por negarse a entregar a los dos sospechosos del caso Lockerbie, el líder libio, Muammar el Gaddafi, se coloca formalmente fuera de la legalidad de la ONU.
Esta resolución deja a Libia, igual que antes Irak, como un país castigado por la máxima organización internacional por no cumplir con las reglas de la ONU. El Gobierno libio tiene todavía hasta el próximo día 15 de abril para entregar a los dos agentes, de los que se sospecha que colocaron la bomba que hizo estallar el avión de la Pan Am en 1988.La resolución establece que todos los Estados deberán denegar el permiso para despegar, aterrizar o sobrevolar el territorio, a cualquier aeronave con destino a Libia o que proceda de su territorio, a menos que el vuelo haya sido aprobado por razones humanitarias. Prohíbe también que se proporcionen a Trípoli armas, obliga a reducir considerablemente el número y el nivel del personal diplomático libio en el extranjero e impide el funcionamiento de todas las oficinas de las Líneas Aéreas Libias.
La resolución 748, adoptada de acuerdo con el capítulo VII de la Carta de la ONU y sobre la base de que es indispensable la represión de los actos de terrorismo para mantener la paz y la seguridad internacional, permanecerá vigente hasta que el Consejo de Seguridad no estime que Libia ha cumplido plenamente con la resolución 731, que exige la entrega de los seis acusados por los actos de terrorismo contra un avión de Pan American en 1988, y contra otro de UTA en 1989, que causaron la muerte a 441 personas.
Durante su intervención ante el Consejo, el embajador libio ante la organización, Ali Ahdmed Elhotideri, declaró que las sanciones "allanarían el camino" para un ataque militar contra su país, como el perpetrado por Estados Unidos en 1986, y socavarían la credibilidad de la ONU. La televisión libia, por su parte, al anunciar ayer la decisión del Consejo, se
ñaló que se trata de una medida "injusta y sucia inspirada por los Gobiernos de EE UU, el Reino Unido y Francia".
Mientras para el ministro británico de Exteriores, Douglas Hurd, la decisión tomada ayer en Nueva York es "una victoria contra el terrorismo internacional", Marruecos, miembro temporal del Consejo de Seguridad, no cree que la disputa entre Libia, por una parte, y EE UU, Francia y el Reino Unido, por otra, "amenace la seguridad internacional". El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Abdelatif Filali declaró que "no hay justificación" [para las sanciones].
Irak, por su parte, estimó ayer que las sanciones se incluyen dentro de un "continuo círculo de medidas que podrían repetirse contra Libia o contra cualquier otro país árabe", se
gún declaró ayer Nabil Nejm Al Takriti, embajador de Bagdad ante la Liga Árabe.
Durante la sesión del Consejo de Seguridad se concentraron ayer en el edificio de la ONU en Nueva York los familiares de algunas de las 270 víctimas mortales del avión de la Pan Am, que se quejaban de que la aprobación de sanciones no es suficiente para aclarar el atentado.
Amenaza para Gaddafi
Desde el punto de vista político el caso Lockerbie se ha convertido en una seria amenaza para el régimen de Muammar el Gaddafi, en un momento en el que el líder libio parecía plenamente integrado a la comunidad árabe e internacional.
Gaddafi intentó ayer retomar la iniciativa ofreciendo al
presidente norteamericano, George Bush, la posibilidad de un encuentro para aclarar todas las dudas relacionadas con el caso del avión de la Pan Am. En una entrevista concedida a un periódico de Abu Dabi, Gaddafi afirma que dispone de "un informe objetivo, elaborado por antiguos agentes de la CIA, que demuestra la inocencia de Libia en este asunto".
Los problemas para el líder libio llegaron también ayer desde Londres, donde un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores acusó al Gobierno de Trípoli de dificultar la salida de extranjeros. Esta versión no coincide con la del Ministerio de Asuntos Exteriores francés, que aseguré ayer que "sólo se han constatado unas molestias" para los occidentales que solicitaron un visado de salida de Libia.
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