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El escaño más difícil de los Comunes

El católico moderado Joe Hendron intenta 'robar' al IRA su representación en Westminster

Enric González

Joe Hendron aspira al escaño más difícil del Reino Unido. Cada día, aunque diluvie como ayer, pide votos en las calles de West Belfast, la circunscripción dividida por la llamada línea de la paz: a un lado el bastión republicano del Sinn Fein; al otro, una zona de unionistas radicales. Hendron, del Partido Socialdemócrata Laborista (SDLP), ofrece un mensaje de moderación a los extremistas católicos y protestantes para lograr una misión casi imposible: vencer en su terreno al presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, y dejar al brazo político del IRA sin escaño en Westminster.

El Partido Socialdemócrata Laborista (SDLP), que ganó tres de los 17 escaños norirlandeses en 1987, es un partido de centroizquierda que busca votos entre los progresistas no confesionales y los católicos moderados. La polarización política de Irlanda del Norte siempre le ha perjudicado electoralmente, pero esta vez Joe Hendron cree que "la gente está cansada de extremismo y de violencia y quiere soluciones constructivas".Su pequeña posibilidad de éxito radica, sin embargo, en explotar el odio entre protestantes unionistas y católicos proirlandeses. Se ofrece a los unionistas de West Belfast como la única alternativa al odiado Sinn Fein, y realmente lo es: los candidatos protestantes ni siquiera entran en el gueto católico (que ocupa la mayor parte de la circunscripción) y prefieren apoyar a sus compañeros de circunscripciones vecinas. "O sea, propone a sus vecinos protestantes que se tapen la nariz y le voten a usted, un católico, para evitar la victoria de otro católico al que detestan más", se le apunta. "Podría decirse de esa forma, sí", responde.

Pero en Falls Road, donde se encuentra la sede del Sinn Fein, están convencidos de mantener el escaño. Gerry Adams ha ganado ampliamente a Hendron en las dos anteriores elecciones, y su gente no duda que el día 9 vencerá de nuevo. Gerry Adams presentó el lunes el manifiesto de su partido, con una propuesta básica: que se incluya al Sinn Fein en futuras conversaciones de paz. Adams se definió a sí mismo como "el candidato de la paz" y afirmó sin ambigüedades que su partido es el único capaz de "convencer" al Ejército Republicano Irlandés (IRA) para que ponga fin a los asesinatos.

Las elecciones británicas son distintas en el Ulster. Aquí no se enfrentan conservadores y laboristas, sino partidos protestantes y católicos. Esta vez, sin embargo, el Partido Conservador ha decidido estrenarse en la plaza y presentar candidatos en 11 de las 17 circunscripciones. Es muy improbable que obtengan algún escaño, pero pueden dividir el voto derechista y perjudicar seriamente a los conservadores-unionistas, a cuyo electorado se dirigen.

Los dos partidos unionistas (el Partido Unionista del Ulster de James Molineaux y el Partido Unionista Democrático del reve rendo lan Paisley) han reaccionado con hostilidad ante lo que consideran "una invasión" inglesa. Ian Paisley sabe que los conservadores de John Major necesitarán su apoyo si vencen por mayoría relativa y asegura que ese apoyo "no puede darse por descontado, ni mucho menos". "Apoyaremos al partido que Dios quiera", proclama Paisley desde un púlpito imaginario. "Y debo decir que, en el pasado, los gobiernos laboristas de Londres no han sido más negativos para el Ulster que los conservadores". Si Major o Neil Kinnock quieren los votos unionistas el precio está claro: denuncia del tratado anglo-irlandés, que regula las relaciones entre Dublín y Londres y compromiso contra una futura unificación de la isla.

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