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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

¿Proposiciones deshonestas? No, gracias

Tras la contestación a un anuncio publicado en un conocido diario, fui citada para un entrevista. En dicho anuncio buscaban a una secretaria personal para el director gerente de una conocida fábrica de piel de Santa Coloma. El trabajo parecía muy atractivo, ya que implicaba viajar en un 80%, buen sueldo y todo ello en el entorno de la moda. Ni corta ni perezosa, fui a la entrevista totalmente decidida y convencida de que ese trabajo era para mí. Después de rellenar el característico formulario con mis datos personales y profesionales, pasé al despacho para ser entrevistada por una simpática señorita. Una vez leído y comentado mi currículum vitae, comenzó a explicarme los pormenores del puesto de trabajo, y cuál fue mi sorpresa cuando me explicó que lo que el director gerente estaba buscando no era una simple secretaria, sino una dama de compañía full time, es decir, disponible las 24 horas. Mi reacción inmediata fue la de desternillarme de risa, creía ser objeto de una broma de mal gusto. Pero ante el lujo de explicaciones que mi entrevistadora me proporcionaba tuve que rendirme a la evidencia. Realmente se trataba de aceptar, o no, un trabajo en el que no sólo se requería mi capacidad profesional, sino también mi vida privada, y todo ello bajo contrato y sueldo de 200.000 pesetas mensuales. Pero mi sorpresa aún fue mayor cuando me enseñó una carpeta bajo el título "dispuestas a todo", contenía los datos de candidatas ya entrevistadas y que habían asentido a dichas condiciones. Candidatas que pasarán a una segunda entrevista con el que será su "jefe y señor".Realmente es patética la permisividad de este tipo de casos tan descarados e impunes, en los que bajo lo que se supone que es un derecho constitucional, "el derecho al trabajo", se esconde una deformación no sólo profesional, sino también personal. Igualmente es patético que haya personas que se presten a este juego, ya que el hecho de aceptar este tipo de condiciones no sólo les perjudica a ellas mismas, sino a todo un colectivo de mujeres, que luchan por un trabajo digno y reconocido, lucha de por sí difícil debido a la propia condición de ser mujer.- Sant Pere de Ribes,

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