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La policía captura en Tarragona a un miembro del 'comando itinerante' y localiza dos pisos

La policía detuvo el pasado sábado en Tarragona a un presunto miembro del comando itinerante de ETA, Fernando Diez Torres, y localizó dos pisos -uno en dicha capital y otro en Valencia- y una furgoneta-refugio de dicho grupo que contenía abundante material para realizar atentados. La operación no ha logrado la detención de los restantes integrantes conocidos del comando, algunos de los cuales huyeron precipitadamente de sus refugios. Sin embargo, la policía, con este golpe, ha inutilizado una parte importante de la infraestructura del grupo y ha conseguido información muy valiosa para neutralizar atentados y facilitar la búsqueda de los demás activistas.

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Un desconocido y peligroso etarra

Las pesquisas realizadas desde hace meses por la policía en Cataluña y la Comunidad Valenciana sobre la infraestructura del comando itinerante, el más activo que posee ETA en la actualidad, se tradujeron días atrás en un dispositivo de control sobre un domicilio, ubicado en Tarragona, sospechoso de albergar a activistas. Esta vivienda se halla en en la calle Río Tordera, bloque 2, escalera 1, piso tercero, puerta cuarta.A las 2.30 del pasado sábado, funcionarios del Servicio Central de Información, de la Brigada Provincial de Información de Barcelona y de los GEO (Grupo Especial de Operaciones) irrumpieron en la vivienda. Fernando Díez Torres, que no se hallaba en su interior, fue detenido a su regreso, a las 20 horas del sábado. El presunto etarra fue reducido tras empuñar su pistola. Díez Torres poseía documentación falsa, una placa y un carné falsos de miembro del Cuerpo Nacional de Policía.

En la vivienda, se localizó un zulo [escondite] disimulado tras un armario en cuyo interior se almacenaban armas, explosivos, detonadores y material para la confección de artefactos, así como numerosa documentación sobre futuras acciones. Esta documentación evidencia, según la policía, que el comando itinerante tenía muy buena información sobre mandos militares, magistrados y miembros de las Fuerzas de Seguridad en Barcelona, contra quienes pretendían atentar.

Gracias a esta operación en Tarragona, en Barcelona se localizó una furgoneta Nissan modelo Vanette aparcada en la carretera de Sarriá, cerca del estadio del Español, que era usada como refugio por el dirigente del comando, José Luis Urrusolo Sistiaga. Sin embargo, cuando los funcionarios de la policía acudieron en la noche del sábado a dicho vehículo Urrusolo no se encontraba en la Vanette. No obstante, en su interior se hallaron armas, documentación y efectos personales como sacos de dormir.

A raíz de la operación policial de Tarragona, funcionarios de este cuerpo montaron otro dispositivo sobre un piso del comando, situado en Valencia, calle Pobla de Farnals, 45, bajo 3ª. En el momento de la entrada, en la noche del pasado sábado, los policías comprobaron que no había nadie si bien había indicios de que los activistas lo abandonaron precipitadamente.

Huida precipitada

Corrobora esta impresión el hecho de que la luz del piso estaba encendida y había alimentos a medio consumir -una naranja-, así como un pantalón cuyo planchado había sido interrumpido. En este piso se halló abundantísima documentación sobre futuros objetivos terroristas. El registro de la vivienda permitió hallar numerosos explosivos -en parte en mal estado-, armas, lanzagranadas, detonadores, placas de matrículas falsas y otras en fase de confección, así como documentos falsos y abundante documentación.

Fuentes policiales sospechan que en esa vivienda pudieran haberse escondido Juan Jesús Narváez Goñi, Idoia Martínez y Rosario Delgado. Los etarras se dieron a la fuga presumiblemente al fallar una cita de seguridad.

Un testigo relató así la irrupción policial en el piso de Tarragona: "Se oyó una fuerte explosión y le dije a mi marido 'corre, vámonos', salimos afuera y cuando abrimos la puerta vimos a un montón de policías armados hasta los dientes, que no cabían por la puerta de lo grande que eran. 'Sal para afuera, cabrón, no te escapes, pon las manos en alto', decían los policías".

En Valencia, la policía se equivocó de piso e irrumpió en la puerta 4, situada en la planta baja, tras romperla con explosivos. En la vivienda se encontraban una mujer y sus dos hijas. Según los vecinos, esta mujer recibió el sábado a mediodía una llamada para su vecina de la puerta 3, a la que avisó para que atendiera el teléfono, y que diversos vecinos han identificado como Rosario Delgado.

Esta circunstancia justificaría la equivocación de la policía a la hora de violentar la vivienda de la puerta 4 ante la posibilidad de que el activista detenido en Tarragona llevara apuntado el teléfono del mencionado piso, informa Juanjo García del Moral.

Mientras, el delegado del Gobierno en Valencia, Francisco Granados señalaba anoche a Efe que hay "fundada sospechas" de que María Rosario Delgado y Juan Jesús Narváez Goñi fueron las personas que asesinaron, en enero pasado, al catedrático Manuel Brosstea. Según Granados, con la operación policial se ha evitado la comisión de nuevos atentados en Valencia.

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