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La CEI crea una fuerza de pacificación interrepublicana

La cumbre de presidentes de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) que se celebró ayer en Kíev, la capital Ucrania, no resolvió los problemas fundamentales que enfrentan a sus dos principales miembros, Rusia y Ucrania, en el ámbito militar y en el económico. Sí hubo avances, sin embargo, en aquellos aspectos castrenses en que los ucranios se han automarginado y se llegó a un acuerdo sobre la creación de fuerzas de pacificación de la CEI que puedan intervenir en conflictos como el de Nagorni Karabaj, según aseguró a última hora un portavoz de Kazajstán.Ante el edificio en que se celebró la cumbre, unos 2.000 manifestantes nacionalistas reclamaron que Ucrania dejara la CEI, mientras que dentro, el presidente del país, Leonid Kravchuk, dibujaba un panorama sombrío sobre los logros obtenidos hasta ahora por la Comunidad. "Estamos al borde del abismo y nos estamos deslizando hacia él", afirmó Kravchuk al abrir la sesión. "Quiero ser optimista pero no veo motivos para ello", agregó.

Durante la sesión de la mañana, el presidente ucranio trató de forzar el acuerdo sobre el reparto de los bienes de la antigua Unión Soviética, que debe completar el que se alcanzó la semana pasada que incorpora el compromiso de Ucrania de devolver la deuda que contrajo la URSS solidariamente con los demás Estados de la CEI. No lo logró.

La salida de Ucrania de la CEI no es algo que planteen sólo los grupos nacionalistas del país: en Rusia está ya bastante extendida la opinión de que debe actuarse dentro de la Comunidad como si Ucrania no estuviera, si se quiere evitar que ese país acabe con la propia CEI. Este planteamiento fue expuesto ayer en la primera página del diario más influyente en la Rusia democrática, Nezavisimaya Gazeta, lo que obligó al propio Borís Yeltsin a afirmar antes de que comenzara la cumbre: "Sigo opinando que la CEI debe incluir definitivamente a Ucrania".

En el ámbito militar no se avanzó, sin embargo, en la delimitación de qué fuerzas son estratégicas y cuáles no, cuestión vital para resolver el conflicto por la flota del mar Negro.

Antes de la reunión, Yeltsin apuntó también su disposición a permitir a los ucranios que supervisaran el desmantelamiento de las armas nucleares tácticas, que deben transferir en su totalidad a Rusia en función de los acuerdos de diciembre pasado. Esta afirmación la hizo pasando por alto que, de nuevo, un portavoz ucranio había anunciado horas antes que la orden de Kravchuk de paralizar el traslado seguía vigente. [El ministro de Defensa de Ucrania, Konstantin Morozov, reiteró que su república no reanudará el traslado de misiles tácticos a Rusia "hasta que no haya un control internacional", informa Efe.]

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