La policía, acusada de vender los cadáveres de mendigos a la universidad de Barranquilla
El caso de los indigentes asesinados, que se encontraron en el depósito de cadáveres de la Facultad de Medicina de la Universidad Libre de Barranquilla, se complica cada día más. Según declaraciones de Santander Zabalza, ayudante de morfología de la facultad, varios policías vendían cadáveres para las prácticas académicas.Zabalza, quien está detenido en la cárcel modelo de Barranquilla, habló con un periodista de la cadena de radio RCN. Su testimonio, repetido en varios noticiarlos de televisión, confirma lo sospechado por diferentes medios de comunicación: que detrás del caso de la Universidad Libre se esconde todo un mercado ilegal de compraventa de cadáveres para abastecer los depósitos universitarios.
La declaración del empleado de la Libre señala al antiguo presidente del consejo directivo del centro docente, el médico Fermín Zurbarán, y al profesor Álvaro Sánchez como partes de esta cadena de comercio ilegal. Los dos funcionarios le pedían a Zabalza que negociara con los policías "cadáveres encontrados en cualquier parte de la ciudad" y sin que se les practicara la autopsia.
El detenido aclaró: "Yo no sé si los cadáveres eran de personas asesinadas". Según la versión del ayudante de morfología, a los policías se les pagaba 80.000 pesos (unas 12.000 pesetas) por cadáver. El profesor Sánchez era quien giraba los cheques, Zabalza los cambiaba y pagaba en efectivo a los agentes del orden. Zabalza asegura que en 1991 fueron adquiridos de esta forma seis cuerpos y en lo que va de año otros 10.
Sobre los 11 cadáveres de indigentes hallados en la universidad a comienzos del pasado mes de febrero, cuando la ciudad bailaba al ritmo frenético del Carnaval, el acusado dijo no saber nada.
Sin embargo, las investigaciones apuntan cada vez más a confirmar que los indigentes fueron asesinados en el recinto del centro de educación superior.
Asesinados a garrotazos
El abogado defensor de Zabalza, Johnny Bernal, dijo por su parte, que su cliente "cumplía una orden impartida por miembros de la universidad". Bernal agregó que "el contacto que tenía la policía con Zabalza era el de recoger los muertos en Barranquilla" y que su defendido "está en capacidad de reconocer a uno de los policías".
La prueba de balística confirma que un sobreviviente -el recogedor de basura que logró hacerse el muerto y escapar- fue herido con el arma de uno de los celadores detenidos. También está demostrado que los indigentes fueron asesinados con el mismo garrote con que fueron golpeados los dos sobrevivientes.
Mientras la labor de investigación continúa, siguen también en todo el país las manifestaciones de protesta para exigir el respeto a la vida de los indigentes, a los que muchos con desprecio llaman desechables.
El martes pasado en la colonial iglesia de San Ignacio de Bogotá se realizó una misa por las víctimas de Barranquilla. "Si el infierno no existiera debería inventarse para que no quedara impune este horrible crimen", dijo el sacerdote jesuita Hernán Umaña.
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