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Estados Unidos envía una "clara señal" a Irak para que destruya sus misiles

Antonio Caño

Las aguas del Golfo vuelven a ser escenario militar mientras el reloj prosigue su cuenta atrás hacia una nueva intervención contra Irak. El portaaviones norteamericano América penetró ayer en esa zona como señal de advertencia de que la coalición respaldada por la ONU está dispuesta a atacar si Sadam Husein no destruye inmediatamemte sus misiles.

Un portavoz norteamericano citado por la agencia Reuter anunció anoche que el portaaviones América, cargado con 80 aviones de combate, ha entrado en aguas del Golfo escoltado por el crucero Normandía, la fragata Simpson y dos aviones de abastecimiento.Esta incursión es la primera demostración de fuerza hecha desde que la pasada semana el Gobierno iraquí anunció su negativa a destruir los misiles Scud. "El regreso del América a las aguas del Golfo es una clara señal para Sadam Husein", dijo un portavoz de la Administración.

La cadena de televisión CNN añadió, citando fuentes del Pentágono, que las autoridades militares norteamericanas tenían ya señalados los objetivos sobre los que se centraría una eventual intervención militar. Se trata fundamentalmente, según ese medio, de plantas químicas y de industrias militares.

Esta misma semana el presidente George Bush había advertido que su Gobierno contemplaba "todas las opciones" para hacer cumplir al presidente iraquí las resoluciones de las Naciones Unidas. El primer ministro británico, John Major, aseguró también que su país respaldaría un ataque contra Irak si no se permitía a la ONU cumplir con su misión.

El pasado día 7 de marzo el Consejo de Seguridad dio un plazo de dos semanas para que el Gobierno de Bagdad iniciase la destrucción de los Scud. Ese mismo día fue retirada de territorio iraquí la comisión de las Naciones Unidas que debía supervisar el proceso de destrucción.

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Una nuevo equipo intemacional de inspección debe llegar a la capital iraquí la próxima semana, en lo que, probablemente, será la última oportunidad que tiene Sadam Husein para cumplir con las resoluciones que él mismo aceptó después de la Guerra del Golfo. "Si no cumple, algo va a pasar. El presidente Bush ha dejado esto muy claro", dijo la fuente citada anteriormente.Expertos en temas de armamento de las Naciones Unidas se reunieron ayer en Nueva York con funcionarios iraquíes para explicarles que la paciencia del Consejo de Seguridad está a punto de acabarse.

El máximo órgano ejecutivo de la ONU rechazó la propuesta iraquí de que los materiales para la construcción de los Seud puedan ser utilizados para la fabricación de otros productos de uso pacífico o de misiles de menor alcance que los que, durante la Operación Tormenta del Desierto, fueron utilizados para atacar a Israel y Arabia Saudí.

El pasado jueves, el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, trató de convencer al Consejo de Seguridad de que levantase las sanciones económicas contra su país y garantizó que Bagdad cumplía con las resoluciones impuesas por la ONU. Pero la intervención de Tarek Aziz, lejos de serenar los ánimos de los miembros Consejo de Seguridad, los encrespó.

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