_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Andén

Manuel Vicent

Sé muy bien que hay asesinos, guapos, estafadores simpáticos, políticos corruptos, periodistas canallas y policías sádicos, todos muy entretenidos, pero no me gusta que estén en el mismo andén del metro esperando el convoy que yo espero. Amo el espectáculo de la vida sobre todas las cosas. Por eso me fascina tener a estos tipos tan excitantes en el andén de enfrente y contemplar sus hazañas como en un escenario sabiendo que ellos después van a viajar siempre en sentido contrario en otro vagón. Me gustaría que el foso que separa ambos andenes de esta misma estación fuera totalmente insalvable. Desearía que la suerte me deparara gente saludable, inteligente y discreta para ir con ella de camino hasta el final del trayecto, y eso es algo que uno debe pedir todos los días a los dioses. En la otra plataforma no sólo están los héroes ruidosos que llenan de lodo y violencia los periódicos cada mañana; también hay allí pequeños miserables sin rostro cuya trayectoria deseas que nunca se cruce con la tuya. A veces uno vislumbra que alguien en el otro lado refleja esa parte de ti mismo que odias. En este tiempo tan convulso se necesita mucha inteligencia para distinguir entre el escándalo y el exhibicionismo, la lucha contra la corrupción y el afán de venganza, la moderación y la cobardía, el silencio y su precio, la denuncia y su valor, la ambición y el espíritu de justicia. En medio de la furia que azota a esta sociedad, lo mejor es no salir de casa para estar a salvo y conservar en lo posible algunas virtudes clásicas: la ingenuidad, la fe en las personas, la templanza y cierto grado de decencia a la antigua. Este vendaval de intrigas que impera en la calle hace que todo el mundo se sienta culpable como si en una novela policiaca en el último capítulo se descubriera que el asesino es el propio lector. Pero el tren pasa siempre dividiendo los dos andenes de la estación. Es maravilloso ver a un elenco de políticos y financieros dándose cuchilladas enfrente. A este lado sólo está. la gente sencilla que va en dirección contraria mirando el espectáculo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_