Espartaco y Rincón, multados con 10 millones por no torear en la Expo

Los diestros Juan Antonio Ruiz Espartaco y César Rincón han sido propuestos para multa de 10 millones de pesetas cada uno por negarse a torear la corrida patrocinada por la Expo que debió celebrarse el pasado 4 de octubre, según fuentes de la Junta de Andalucía. El apoderado de Espartaco, Rafael Moreno, anunció ayer su intención de recurrir la sanción. El festejo hubo de suspenderse poco antes de la hora anunciada para su comienzo.

En el expediente sancionador, instruido por la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía, se dice que los diestros cometieron "una falta grave" según la ley del 4 de abril de 1991 sobre potestades administrativas en materia de espectáculos taurinos.Rafael Moreno aseguró ayer que, aunque no conoce el texto de la sanción, el diestro de Espartinas piensa recurrir. La ley prevé un plazo de ocho días desde su comunicación oficial para presentar recurso. "Es lamentable que tengamos que enterarnos de que se ha sancionado a Juan Antonio Ruiz de forma indirecta y que lo sepa todo el mundo antes que el propio afectado", señaló Moreno.

"Tanto Espartaco como el colombiano César Rincón no torearon", comentó Rafael Moreno, "porque uno de los toros aprobado por los veterinarios no reunía las condiciones mínimas para salir al coso. Los toreros no querían engañar al público y. ofrecer al mundo una imagen lamentable de la fiesta de los toros y de Sevilla".

En opinión de Moreno, Gobernación no podrá multarlos ya que en el contrato de ambos toreros se especificaba que lidiarían toros de la ganadería de Torrealta. Y añadió: "Los veterinarios aprobaron uno de Fermín Bohórquez que había sido rechazado en otras plazas".

Suspensión

La negativa de los toreros, que compartían cartel con Curro Romero, hizo que tuviera que suspenderse la corrida dos horas antes de la señalada para su comienzo, y el público se enteró de la suspensión cuando llegaba a la plaza. El festejo iba a ser televisado por La 2 a España, Europa y Suramérica.

Los aficionados de Sevilla y los de muchas poblaciones españolas que se habían deplazado expresamente para presenciar esta corrida -una de las de mayor expectación de- la temporada- se mostraron indignados por la falta de profesionalidad de los diestros.

En el expediente se dice que la suspensión se debió "única y exclusivamente" a la actitud de los toreros ante un festejo de trascendencia social, en el que se veía afectada la imagen de la Sociedad Estatal Expo 92.