Argelia, al borde de la guerra civil tras un 'viernes negro' que se cobró 50 muertos
Argelia parecía ayer al borde de la guerra civil tras el viernes negro, que se cobró más de 50 vidas en los violentos choques entre fuerzas de seguridad y militantes integristas que exigían el reconocimiento del derecho a gobernar conquistado en las urnas por el Frente Islámico de Salvación (FIS) y negado por la junta cívico-militar.El riesgo de conflicto a gran escala se apoyaba ayer en la extensión de los disturbios, en el sentir de amplias capas de la población, en los comentarios de diversos medios informativos y en un polémico comunicado de un disidente del FIS. Un grupo hasta ahora desconocido, los Fieles al Juramento, proclamó la yihad (guerra santa). El Consejo de Seguridad estudiaba anoche aconsejar a la junta cívico-militar el establecimiento del estado de excepción en todo el país y la ilegalización del FIS.
Las calles de Argel, Batria, Barika, Medea y Tiaret eran ayer, entre otras ciudades, escenarios de choques violentos que la contundencia de las fuerzas de seguridad era incapaz de poner fin. Tiroteos esporádicos, vehículos incendiados y barricadas componían un paisaje desolador. Al caer la noche no se conocían aún cifras de víctimas de estos nuevos incidentes.
La revuelta espontánea y popular, que en muchas ocasiones escapa del control del FIS, se mezcla estos días con auténticas operaciones de comandos, estudiadas y planeadas por grupos armados que parecen obedecer a una estrategia militar. Éste fue el caso, por ejemplo, de la ocupación de la central de teléfonos en Batna o el corte de líneas de ferrocarril. Página 2
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