Un árabe de Israel muere tras ser interrogado por los servicios de seguridad en la Cisjordania ocupada
Un grupo de diputados laboristas ha enviado una nota al primer ministro israelí, Isaac Shamir, en la que exige la inmediata constitución de una comisión independiente que se encargue de esclarecer las extrañas circunstancias de la muerte de Mustafá Akawi, un árabe de nacionalidad israelí de 36 años que falleció tras ser interrogado por el Shin Beth (servicio de seguridad interior) en un centro de detención de la localidad de Hebrón, en la Cisjordania ocupada.
Los diputados consideran que la investigación, actualmente en manos de la policía, debe ser encomendada a una comisión independiente. Tal comisión debería ser presidida por un juez e incluir a un representante del pueblo y otro de una organización de derechos humanos.Varias palestinas fueron detenidas ayer en Jerusalén, en el curso de una manifestación en la que numerosas mujeres desfilaron desde las oficinas de la Cruz Roja internacional hasta la casa de Mustafá Akawi.
La familia del palestino muerto ha conseguido autorización para que un forense extranjero, el doctor Michael Baden, director del instituto forense de la policía de Nueva York, pueda asistir a la autopsia, que ha sido aplazada hasta su llegada, prevista para hoy.
Akawi fue detenido el 22 de enero por las fuerzas de seguridad israelíes, junto a varios otros palestinos, todos ellos miembros del Frente de Liberación Popular de Palestina, que lidera Georges Habash.
Después de ser interrogado por el Shin Beth durante 10 días en Hebrón, Akawi fue conducido por la policía el 3 de febrero ante un juez militar, el coronel Samuel Knobler, para que prolongara la orden de detención por un mes más. Durante la audiencia, Akawi afirmó haber sido objeto de torturas durante los interrogatorios, y se subió la camisa para mostrar al juez marcas de varias contusiones.
"El detenido ha dicho que fue golpeado durante el interrogatorio y yo he constatado marcas en sus manos y espalda", dijo el juez Knobler en el trascurso de la vista oral. El juez ordenó que Akawi fuera examinado por un médico y prolongó la orden de detención ocho días para que prosiguiera la investigación. Akawi fue examinado por un médico militar y conducido de nuevo al centro de detención. A la mañana siguiente, el 4 de febrero, estaba muerto.
Varias circunstancias extrañas rodean el caso. Domiciliado en Jerusalén y con tarjeta de identidad israelí, Akawi debía haber sido encarcelado e interrogado en zona israelí, y no en territorio ocupado. Los médicos israelíes que han examinado el cadáver afirman que la causa inmediata de la muerte fue una crisis cardiaca y que el cuerpo mostraba señales de golpes. Pero la mujer del palestino muerto, Samar Akawi, afirma que su marido gozaba de una salud espléndida en el momento de su detención. ¿Qué pasó exactamente durante un interrogatorio que se prolongó días y días?
El centro israelí de información sobre los derechos humanos en los territorios ocupados, conocido como Betselem, publicó hace unos meses un informe detallado y docuementado sobre 31 casos de torturas padecidas por palestinos durante interrogatorios.
Las estadísticas disponibles tampoco son alentadoras. Desde julio de 1987 hasta ahora seis palestinos han muerto, en el curso de interrogatorios, en circunstancias cuando menos extrañas. Otros dos se suicidaron.
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