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"Exigimos que termine la impunidad en Guatemala", dice Rodrigo Asturias

"No discutimos la existencia o no de derechos humanos sino que exigimos medidas que permitan que termine la impunidad",dice Rodrigo Asturias, líder de la Unión Revolucionaria Nacional de Guatemala (URNG). El hijo del premio no bel de literatura Miguel Ángel Asturias -que tomó de un relato de su padre su nombre de guerra, comandante Gaspar Ilom- considera que el problema del respeto de los derechos humanos es el tema crucial de las negocia ciones que la guerrilla y el Go bierno de Guatemala, presidido por el evangelista Jorge Serrano, mantienen con carácter directo desde el mes de abril de 1991."La comunidad internacional puede jugar un gran papel en el apoyo a una solución democrática en Guatemala", añade Rodrigo Asturias, que se encuentra en Madrid en el curso de una gira por varios países europeos.

Guatemala se ve inmersa en un proceso de paz, cuyos primeros pasos se dieron en Madrid en 1987, que pretende poner fin a un enfrentamiento que dura ya 30 años y que ha provocado 100.000 muertes. Las negociaciones en curso son producto de un consenso entre todos los sectores políticos, y no persiguen un alto el fuego "ni mucho menos una rendición", afirma,sino un acuerdo que garantice una paz duradera y la integración política de la URNG.

Comandante guerrillero

Asturias, de 52 años, quien en absoluto ofrece el aspecto de un comandante guerrillero, considera que el momento histórico es inmejorable, que la actitud de EE UU es constructiva y que "la conciencia social en Guatemala pide una paz justa y democrática, no la paz de los cementerios". Sin embargo, desde la última ronda de conversaciones celebrada a finales de octubre, la negociación parece estancada.La guerrilla exige modificar la Constitución para delimitar las atribuciones del Ejército: "Nosotros consideramos que el Ejército debe encargarse de mantener la soberanía nacional, pero la seguridad debe ser conducida por las autoridades civiles".

"No es posible la tregua hasta que sea bilateral" dice Asturias, y añade que la guerrilla ha decidido no atentar contra la policía para "estimular la formación de una conciencia democrática".

La reciente firma del alto el fuego en El Salvador, vecino inmendiato de Guatemala, tiene dos vertientes en al análisis de Asturias. "El haber tratado la desmilitarización nos parece altamente positivo", indica. Pero la firma de la paz en El Salvador "ha llevado a endurecer la posición de los sectores más recalcitrantes del Ejército y los grandes terratenientes, hecho que cierra el espacio de negociación".

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