Perú 'pelea contra la diarrea'

Los calores del verano, la escasez de agua y cierto descuido en la población han provocado un rebrote del cólera en Perú. Las autoridades sanitarias no quieren ni oír hablar de la palabra rebrote y emplean el término diarrea. En los hospitales, los médicos temen que en las próximas semanas se llegue a cifras similares a las de la epidemia del año pasado. En otro país andino, Ecuador, la prensa habla abiertamente del "rebrote del cólera".

El doctor Carlos Moreno, un gastroenterólogo de 34 años que dirige en Perú, al frente de la Dirección General de Salud de las Personas, la lucha contra el cólera, no quiere hablar de rebrote de la epidemia. "No diría que es un rebrote. Es un número habitual de diarreas entre los meses de noviembre a marzo". Para ello se apoya Moreno en el argumento de que en 1985 se registraron 200.000 casos de diarrea, que "es una institución en Perú, donde mueren anualmente 15.000 niños a causa de la enfermedad".

Desde que en enero del año pasado surgieron los primeros casos de cólera la estrategia de las autoridades peruanas ha sido "pelear contra la diarrea como si fuese cólera". En el balance de 199 1, el número de diarreas fue de 322.562, consideradas como cólera. Los hospitalizados ascendieron a 119.523, y murieron 2.909.

A pesar de la negativa de Moreno, el diario La República de Lima recoge una comparecencia del ministro de Salud, Víctor Paredes, ante el Congreso y le atribuye haber admitido que el rebrote "causó en enero 200 muertos". Estas cifras no coinciden con las del director general para las dos primeras semanas del año: .8.540 casos, 3.920 hospitalizados y 17 muertos. Reconoce Moreno que hay zonas sin notificar, y admite que la situación actual podría caracterizarse como un "goteo endémico" del que no se podrá salir en muchos años.

Para Moreno, sólo la acción gubernamental, con grandes inversiones, podría modificar la situación: 'La Organización Mundial de la Salud dice que senecesitarían 40 años y 200.000 millones de dólares de inversiones". De momento, las medidas se concentran en la educación sanitaria de la población. En las paredes de la oficina de Moreno hay carteles que explican con dibujos ingenuos cómo defecar y tratar el agua. Los textos dicen: "El remedio contra el cólera está en tus manos. El cólera viene en la caca. Entiérrala, para que muera. Haz caca en letrinas o huecos y tápala. Cura el agua hirviéndola o con una gota de lejía para cada litro de agua

Reconoce Moreno que en las zonas de Perú ocupadas por la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso o del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) no existe apenas cólera. Relata después que en la región de San Martín, controlada en gran parte por el MRTA, un brigadista encontró a una patrulla guerrillera y les habló sobre la necesidad de cavar letrinas. Los del MRTA impartieron la orden por la zona de que todo el que no hiciese letrinas sería fusilado.

Represalias

"No hay cólera en las zonas de ellos. Al que no hace letrinas lo fusilan", resume Moreno. En el hospital Arzobispo Loayza de Lima un médico reconoce que existe un rebrote, "pero está prohibido hablar de ello por el ministerio. Al que hable de rebrote... ". El médico hace un gesto que significa "le cortan el cuello".

Juan Villarreal, un médico de 33 años que está al frente de la sala del cólera, afirma que el número de ingresados se incrementa de forma alarmante: era de 10 a 15 antes de Navidades, subió a más de 30 tras el año nuevo, y luego a 55, "esta cantidad la tuvimos a mediados de febrero del año pasado y la pregunta ahora es qué ocurrirá en marzo., La proyección del ministerio es que será sólo el 50% del año pasado, pero al paso que vamos...".

Explica Villarreal que el hospital está bien dotado con suero suficiente para un año, "pero eso si se cumplen las proyecciones del ministerio de que sólo habrá la mitad de casos del año pasado". Para el médico, el problema más grave reside en la infraestructura sanitaria de Perú: "No se hizo nada en obras sanitarias. Las redes siguen igual". Para describir la dramática situación, Villarreal cuenta que incluso el hospital se queda a veces sin agua corriente.