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Madrid y Cataluña son las comunidades autónomas que soportan el mayor esfuerzo fiscal

Madrid es, a mucha distancia, la comunidad que soporta un mayor esfuerzo fiscal de las 15 autonomías de régimen común (todas, menos el País Vasco y Navarra). Según los índices ponderados de esfuerzo fiscal realizados por Hacienda para el nuevo sistema de financiación, Madrid tiene una evaluación positiva de 0,0827, frente a 0,0221 de Cataluña, la segunda comunidad con mayor esfuerzo fiscal. Por abajo, Andalucía es la que realiza el menor esfuerzo fiscal (-0,0270), junto a Valencia (-0,0190). La aplicación de las dos variables redistributivas del nuevo sistema de financiación perjudica a Valencia y Cataluña y beneficia a Madrid y Andalucía.

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La variable de esfuerzo fiscal se utiliza en el nuevo sistema para redistribuir entre las 15 comunidades el 1,82% de los 1,86 billones de pesetas de 1990 que se re parten las comunidades en los denominados fondos fuera fondo, es decir, alrededor de 34.000 millones de pesetas de 1990. Su incidencia es, pues, relativamente pequeña a la hora de determinar el porcentaje de participación de las comunidades en los ingresos del Estado (PPI). El índice corrector de pobreza relativa tiene una incidencia algo mayor, ligeramente por encima de 50.000 millones.

Ambos índices se han introducido para hacer una segunda re distribución del paquete global. Madrid, por ejemplo, obtiene 26.000 millones adicionales por su esfuerzo fiscal, pero debe aportar 14.915 por su pobreza relativa. Cataluña, en cambio, obtiene 7.028 por un concepto pero cede 18.679 por otro. La aplicación de estas dos variables ofrece saldo positivo para Extremadura (que gana 2.854 millones), Andalucía (12.068), Galicia (5.148), Cantabria (521), Asturias (236) y Madrid (11.085). Y es negativo para Castilla-La Mancha (pierde 1.271), Castilla y León (-748), Canarias (-2.269), Valencia (-7.360), La Rioja (-788) y Cataluña (- 11.65 l), si se aplican las tablas ponderadas.

El esfuerzo fiscal mide la cuota líquida de cada comunidad en relación con la cuota líquida de todo el Estado (al margen del País Vasco y Navarra). También incluye el valor añadido bruto (VAB) al coste de los factores de cada comunidad respecto al VAB de las 15 comunidades.

La cuota líquida de cada comunidad afecta al IRPF pagado por sus habitantes, al margen de que en la práctica sus retenciones se hayan efectuado en otra comunidad. Por ejemplo, la mayoría de bancos y empresas públicas abonan sus retenciones mensuales en Madrid, sin distinguir si sus trabajadores están censados en una u otra comunidad. La cuota líquida, a diferencia de la llamada recaudación total, sí hace esa distinción.

Las estadísticas del cuadro adjunto se refieren a la cuota líquida y al censo de población de 1988, que es el utilizado por Hacienda para medir el esfuerzo fiscal y la pobreza relativa.

Desequilibrios

En aquel año, Cataluña fue la comunidad con la recaudación más alta, ligeramente por delante de Madrid. Sin embargo, los madrileños pagaron 88.000 pesetas de media por IRPF, frente a las 72.000 de Cataluña. A juicio del consejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid, Ramón Espinar, la diferencia se explica "por la gran concentración de rentas que se da en una conurbación como Madrid y a que en la Comunidad tiene un mayor peso la población asalariada, mientras que en Cataluña hay mayor población agrícola que aquí [Madrid] y también mayor número de profesionales independientes". Al mismo tiempo, en Madrid se da una mayor concentración de ciudadanos con rentas altas. De hecho, la renta mensual media por habitante era en 1988 el 9,5% más alta en Madrid.

Si la diferencia entre estas dos comunidades es relativamente comprensible, lo es menos la que se da entre Madrid y Baleares, o incluso -aunque en menor medida- entre Madrid y Valencia. Madrid y Baleares tienen la misma renta mensual per cápita (93.000 pesetas en 1987), pero mientras los madrileños pagaron 88.000 pesetas de media en IRPF, los isleños sólo abonaron 66.000. También hay gran diferencia entre las 73.000 pesetas de renta mensual de Valencia y el pago de sólo 57.000 pesetas de media por IRPF. En ambos casos, el bajo pago por IRPF en comparación con la renta mensual per cápita se achaca a la importancia que en Baleares y Valencia tienen sectores como el turismo, el textil y el calzado, en los que se da un elevado índice de actividad sumergida que permite eludir con mayor facilidad el pago de impuestos.

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