Cuba vuelve a 1960 tras el fusilamiento de Díaz Betancourt
Cuba vuelve poco a poco a la situación de la década de los sesenta. Tras el fusilamiento, el pasado 20 de enero, de Eduardo Díaz Betancourt, quien se infiltró en la isla portando armas y explosivos, la televisión cubana comenzó a transmitir imágenes de los entrenamientos militares de algunos grupos anticastristas en Miami.Cada minuto, las emisoras de radio pronuncian ahora los nombres de Nazario Sergent, Alfa 66, Toni Cuesta o Jorge Más Canosa, desterrados del vocabulario cubano durante mucho tiempo.
El jueves, un obrero era acusado de sabotaje por el Tribunal Provincial de Santiago de Cuba y condenado a 20 años de cárcel. Mauricio Ruiz Vinent, mecánico de la planta textil Cella Sánchez Manduley, robó piezas y herramientas paralizando el trabajo de sus compañeros.
Mientras la División de Ferrocarriles de Occidente comenzó a repartir armas entre los obreros ferroviarios para que ellos mismos defiendan de los delincuentes los trenes de transporte de mercancías, miles de cubanos escriben cartas a las autoridades pidiendo la pena de muerte contra los asesinos de tres miembros del Ministerio del Interior en la base náutica de Tarara, ocurrido el pasado 9 de enero.
Los editoriales del periódico Granma, el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, vuelven al lenguaje de 1965. "No daremos la más mínima oportunidad de levantar cabeza a las escuálidas y miserables cabezas de la quinta columna". "Aplastaremos sin vacilación todo intento de piratería y terrorismo que pretenda ser realizado".
Hace dos días, en la primera página de Granma aparecía destacado un artículo de su subdirector, Guillermo Cabrera Álvarez, quien denunciaba que en el mundo se comienza a orquestar una "gigantesca campaña de injurias contra la revolución" a raíz de "las sanciones impuestas a los integrantes de un comando terrorista".
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