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Detenido el líder del FIS y prohibidas las concentraciones en Argelia

Abdelkáder Hachani, máximo dirigente de la organización integrista Frente Islámico de Salvación (FIS), fue detenido ayer por la tarde en el barrio periférico de Bacharah, de Argel, acusado de incitar a la rebelión militar. Mientras esto se producía, el gobernador civil de Argel decretaba la prohibición de concentraciones populares "cualquier día y a cualquier hora" en los alrededores de las mezquitas. Ambas; acciones se enmarcan en la operación de la junta cívico-militar que gobierna Argelia para descabezar la organización islámica.

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Con esta detención y con las de los otros líderes integristas realizadas el pasado 30 de junio, el FIS ha quedado momentáneamente descabezado.La aprehensión del responsable del buró ejecutivo y portavoz del FIS se produjo en la calle cuando se dirigía en un vehículo, con tres personas más, a la sede central de la organización, tras haber dirigido una plegaria en la mezquita del barrio de El Harrach. Policías de paisano en seis vehículos civiles rodearon el coche donde viajaba Hachani y le detuvieron.

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La detención del líder del FIS descabeza el integrismo argelino

Viene de la primera páginaMientras que Hachani fue traslado a un lugar no determinado, otras tres personas que fueron detenidas junto al líder integrista fueron puestas en libertad. La captura se produjo en virtud de una orden judicial que acusa a Hachani de incitar a la rebelión militar, al firmar un comunicado en el que llamaba a los soldados a sublevarse contra sus mandos, en un intento de quebrar la unidad del Ejército argelino -170.00 hombres- y crear una situación similar a la que hizo posible la revolución iraní, al conseguir el movimiento shií la desintegración del Ejército.

Con anterioridad Hachani había efectuado numerosos llamamientos a los militares solicitando su apoyo para defender la causa islámica. El procedimiento judicial contra Hachani se puso en marcha por una denuncia presentada por el Ministerio de Defensa, a la cabeza del cual se encuentra el general mayor Jaled Nezar, miembro de la junta cívico-militar que dirige el país desde la dimisión del presidente Chadli Benyedid.

La detención de Hachani no sorprendió ya que el propio dirigente había anunciado a la prensa sus temores de ser arrestado.

Pocos instantes después de la detención un portavoz de la organización declaró a EL PAÍS, en la sede del FIS, que no podía indicar en aquel momento quién iba a ser la persona que iba a relevar a Hachani en la dirección del partido. Mientras se reforzaban las medidas de seguridad y se registraban incidentes aislados y sin importancia en algunos lugares de la capital, la calma a última hora de la noche era absoluta.

Petición desestimada

La detención de Hachani coincidió con la decisión del tribunal militar de Blida de desestimar la petición de libertad provisional presentada por los abogados de los máximos dirigentes de la organización, Abassi Madani y Alí Belhadj, que se encuentran encarcelados desde el pasado junio. Con esta decisión se rompe una constante que se venía produciendo en las causas seguidas contra los integristas, que en la mayoría de las ocasiones se beneficiaban de decisiones benévolas como consecuencia de las presiones y movilizaciones efectuadas por las organizaciones islámicas.

Pocas horas antes de la detención de Hachani, el responsable de la junta cívico-militar, Mohamed Budiaf, había presidido en el Ministerio de Defensa su primer acto castrense. El hombre fuerte del régimen, el ministro de Defensa Jaled Nezar, pronunció un duro discurso en el que conminó a la junta a aplicar la ley con todo su rigor. "El Ejército nunca será un Ejército de golpe de Estado y no estará al servicio de las personas", afirmó Nezar.

En perfecta sintonía con las palabras de Nezar, el Consejo de Ministros del Gobierno de Sid Ahmed Gozali, reunido con los miembros del Alto Comité de Estado -junta cívico-militar-, hizo público un comunicado en el que anunciaba las líneas generales de su nueva política tendente a rescatar el discurso religioso monopolizado por el Frente Islámico de Salvación y acabar con su control sobre las mezquitas, las escuelas e incluso la Administración pública.

Horas después de adoptado este acuerdo el gobernador civil de Argel emitía un bando en el que recordaba a los ciudadanos la prohibición de agruparse en las calles cerca de las mezquitas y recordaba la obligación de orar sólo en el interior del templo. El bando del gobernador de Argel va dirigido en especial contra el FIS que cada viernes convoca a sus fieles militantes, de forma alternativa, en los templos de Kuba o Bad el Oued, para rezar y sobre todo para impartir sus consignas políticas.

Más información en la página 18

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