Aznar descarta una moción de censura y dice que está "con lo puesto y sin mancha"

José María Aznar denunció ayer, como muestra de la falta de respeto a la legalidad inducida por algunas actuaciones de los gobernantes socialistas, que empresas públicas hayan sido cómplices de evasión de impuestos. En un coloquio con estudiantes en la universidad Complutense, el presidente nacional del PP advirtió que una cosa son los errores de contabilidad y otra el contribuir a una encadenada evasión de impuestos, en referencia a las compraventas de Renfe y su filial Equidesa. Aznar aseguró que él está "con lo puesto, pero sin mancha" y descartó la presentación de una moción de censura contra el Gobierno.

Poco antes de comenzar un coloquio con universitarios en la Facultad de Medicina, Aznar confirmó con sus palabras la divergencia pública entre él e Isabel Tocino en cuanto a táctica política, cuando menos. Mientras la diputada cántabra, ex vicepresidenta nacional de Alianza Popular, defendía en un artículo publicado en este diario que se dan todos los requisitos para presentar una moción de censura contra Felipe González, Aznar contestaba a un periodista que no puede descartar esa iniciativa porque "para hacerlo tendría que haberla encartado, cosa que no ha ocurrido".Consciente de que en las próximas elecciones legislativas ejercerán por primera vez el derecho de voto unos 2.500.000 jóvenes, según los cálculos del PP, Aznar dedicó buena parte del día de ayer a recorrer la universidad Complutense. Y aprovechó un coloquio con alumnos para lanzar de nuevo un llamamiento a sacudir a la sociedad del inmovilismo y la pasividad.

Más cauto, e incluso algo más concreto, que en la convención realizada por su partido el pasado sábado, combatió la proclividad a convertir a los políticos en figuras devaluadas -lo que según él sería injusto- y responsabilizó a la Administración socialista de estimular la cultura del enriquecimiento veloz. "¡Cómo va a resolver el Estado el problema de la especulación del suelo si el propio Estado especula!", exclamó.

Para mostrar que algunos escándalos relacionados con la gestión socialista no son errores aislados sino reflejo del deterioro del respeto a la legalidad, matizó que "una cosa son los errores en la contabilidad de una empresa y otra cosa permitir una cadena de evasión de impuestos". Una alusión que posteriormente confirmó que se refería directamente a la actuación de Renfe y Equidesa por haber pagado con talones fraccionados y al portador.

Mecanismos de control

Aznar responsabilizó al Gobierno de que mientras el sector público maneja un caudal de recursos superior al de cualquier otra época, los mecanismos de control de uso de ese dinero han sido disminuidos, en vez de haber aumentado, lo que objetivamente contribuye al "descontrol".

Aznar criticó la concepción del Estado como prestador universal de servicios, persuadido de que eso conduce a la ineficiencia, y abogó por un Estado reducido, es decir, que transfiera la gestión de algunos servicios al sector privado. Pero de nuevo dejó sin señalar qué servicios en concreto, presumiblemente para evitar el enojo de los posibles perjudicados.

El presidente del PP mostró haberse estudiado una respuesta exculpadora frente a las recurrentes preguntas acusadoras sobre las presuntas corruptelas del presidente de Cantabria, Juan Hormaechea. Aznar sostuvo que las responsabilidades de un gobernante autonómico deben ser exigidas y depuradas en su Parlamento regional, del mismo modo que Felipe González puede apelar, dijo, a que las sanciones políticas contra el procesado alcalde socialista de La Coruña, Francisco Vázquez, se diriman en el Ayuntamiento coruñés.