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Entrevista:

"La cultura no es un superespectáculo"

Andonis Tritsis, de 54 años de edad, alcalde de Atenas, ha asistido en Madrid a la apertura, ayer, de los actos de la capitalidad europea de la cultura. Elegido en octubre de 1990 como candidato del partido conservador Nueva Democracia con un 50,15% de los votos, derrotó a su ex compañera en el socialista PASOK Melina Mercuri, que obtuvo -1 45,84% con los votos de la izquierda. Tritsis, que fue ministro socialista de Educación y Asuntos Religiosos y de Planificación Urbana, Vivienda y Medio Ambiente, es arquitecto y urbanista, y pretende desmarcarse de1os partidismos. Opuesto a un concepto de la cultura como "superespectáculo", quiere que los atenienses recobren el gusto de vivir.

Pregunta. ¿Trae algún consejo para Madrid capital cultural?Respuesta. Desde luego traigo toda la confianza de una ciudad como Atenas, que fue capital cultural europea. Por eso sé que Madrid puede responder. Mi único consejo es mirar lo cultural sin nervios. Los Juegos Olímpicos es algo competitivo; la Expo, un escaparate, pero Madrid debe tener en cuenta que la cultura no debe ser un espectáculo, y que no tiene que entrar en liza con los Juegos Olímpicos o la Expo.

P. A su predecesor en la alcaldía, el conservador Miltiades Evert, se le conocía como el, bulldozer, por su estilo y por su querencia a derribar edificios. ¿Cómo quiere usted pasar a la historia?

R. Alcalde, en griego, se dice dímarjos, que viene de la misma raíz que democracia. Quiero ser un urbanista democrático que recree la base urbana y cultural de Atenas. Hay que reestructurar el modelo de vida de los atenienses, rescatar una vida más humana, más tranquila, más helénica. Si todos los días estamos horas y horas en el coche, no podemos tener una vida helénica, y luego la vida en el hogar se convierte en una batalla. El coche nos impide una vida helénica.

P. ¿Cuál es, por tanto, el enemigo? ¿La industria automovilística?

R. Por supuesto, y en eso choco con la política gubernamental, que incentiva esa industria. Y hay escollos como la especulación del suelo, manejada por grupos pequeños pero muy fuertes.

Pasillo del patrimonio

P. Atenas es conocida internacionalmente por dos símbolos: la Acrópolis y el nefos (nube tóxica). ¿Cuál es su política para ambos?

R. Quiero crear un parque arqueológico-cultural-ecológico que una como un pasillo verde todos los puntos del patrimonio cultural de la ciudad. La Acrópolis, la Academia de Platón, el Ágora deben estar unidos por un sistema peatonal y de tranvías y minibuses eléctricos. Un transporte no contaminante es básico. Sé que el Gobierno está en contra, porque no posee los medios para obligar a las industrias a usar Filtros, y porque el lobby automovilístico es poderoso. Atenas se quedó sin tranvías en 1953, y fue progresivamente entregada al coche. Yo intento reducir la necesidad del coche, y para eso quisiera interesar al capital privado en mi proyecto de transporte público. Si tengo éxito, luego podría llegar el momento de que invirtiesen en cultura: intervenir en publicidad sí lo ven, pero en cultura aún no suficientemente.

P. ¿Puede, como alcalde, hacer algo para que el British Museum devuelva a Atenas los frisos del Partenón?

R. Este año se cumplen los 2.500 años de Atenas, y va siendo hora de hablar con los británicos de modo no militante, sin crispaciones. Durante la guerra del Golfo, me moví por Bagdad, por Tel Aviv, tratando de que el ejemplo del alcalde de una ciudad histórica como Atenas permitiera ver algo que es muy cierto: los Estados pasan, las ciudades quedan. En ese tono creo que hay que negociar con el Reino Unido.

P. La infraestructura municipal cultural de Atenas, por ahora, parece bastante escasa.

R. Hay un centro cultural muy activo, pero no basta. Proyecto una ópera, un museo de arte moderno, un teatro municipal. Pero antes tengo que solucionar el transporte, la recogida de basuras... Casi la mitad del presupuesto se me va en funcionariado. El Estado griego es el último napoleónico en Europa, un caso ya único de entralismo

Sucursales del Estado

P. El primer ministro, Mitsotakis, ¿acepta esa visión?

R. La acepta, pero se lo he dicho muchas veces: el ritmo del Gobierno va siempre por detrás de la sociedad. Las ciudades, en Grecia, fueron reducidas a sucursales del Estado. Atenas, por ejemplo, tiene en total casi cuatro millones de habitantes, pero sólo en el centro serán casi dos: tenemos todo el Estado metido en el centro de la ciudad.

P. Quizá por eso la descentralización sea más fácil en otros sitios que en Atenas.

R. Como dimarjos de Atenas, presido el Consejo del Poder Local de toda Grecia, y sé que el problema es general. Necesitamos otra mentalidad. Las alcaldías tienen que educar. En Grecia, todo proceso político es en primer lugar educativo.

P. ¿Por qué el urbanismo griego, Incluso fuera de las ciudades, es tan desastroso?

R. Por la especulación, por los edificios ilegales, porque se ha roto la tradición cultural y arquitectónica. Como diputado en Itaca, tuve que enfrentarme a una gran oposición cuando quise que las casas tuvieran verdadero techo. Ha cundido la desidia, y la responsabilidad es también de los arquitectos, de la clase intelectual: han traicionado, dicho claramente, no resistieron.

P. Parece usted ir por libre, y muy conscientemente.

R. Aunque la política griega padece todos los males del clientelismo, y los intereses mezquinos del pequeño coinciden con los del grande, yo no tengo que ver con eso y estoy dispuesto a pagar el precio que sea. Conmigo Atenas tiene su oportunidad de regeneración.

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