Un encierro correoso
Martínez / Ramos, Capetillo, Portillo
Siete toros de Los Martínez (uno, de regalo), presentables, de bravura desigual. Mariano Ramos: silencio; ovadón.Guillermo Capetillo:silencio; aviso y pitos; aviso y pitos.Mauricio Portilo: vuelta; aviso y ovación. Plaza Monumental México, 19 de enero. Media entrada (unos 20.000 espectadores).
Un encierro con genio y correoso de Los Martínez; una faena con maestría de Mariano Ramos; apatía de Guillermo Capetillo, y una cogida sin consecuencias de Mauricio Portillo, fue lo más sobresaliente de la corrida, en la que el viento molestó a los espadas. Los toros resultaron broncos, sin fijeza y algunos abantos; duros en el caballo los tres últimos.Mariano Ramos, al primero, que terminó tirando hachazos, le instrumentó una faena de poder, en la que acabó toreando con temple, aunque luego mató mal. A su segundo, aplomado pero con claro recorrido, le cuajó con maestría y pureza cinco series de muletazos por ambos pitones, que habrían tenido premio si no llega a fallar con el acero.
Al segundo de la tarde, de poco recorrido, Guillermo Capetillo poco logró hacerle, salvo algunas pinceladas de arte en contados muletazos. El quinto se aquerenció en toriles y Capetillo no quiso ni verlo. Por petición de sus admiradores, que asistían a la función, cometió el error de regalar un séptimo toro, que salió abanto y manso, y con esta res danzó por toda la plaza, volviendo a mostrar indolencia.
El tercero volteó aparatosamente a Mauricio Portillo, afortunadamente sin consecuencias, y el diestro concluyó la faena con pundonor. Al sexto, que desarrolló sentido, le dio la lidia adecuada y fue ovacionado.
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