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Shamir, ante el dilema de anticipar las elecciones

Los ministros israelíes Yuval Neeman y Rehavam Zeevi, dirigentes, respectivamente, de los partidos de extrema derecha Tehiya y Moledeth, dimitieron ayer en señal de protesta por la disposición del Gobierno de Isaac Shamir de conceder una autonomía a los palestinos de los territorios ocupados, iniciativa que califican de "inaceptable porque lleva inevitablemente al surgimiento de un Estado palestino". Su marcha deja a Shamir sin mayoría parlamentaria y crea la posibilidad de la celebración de elecciones anticipadas, lo que no termina de convencer a todo el Gobierno.

Neeman y Zeevi han subrayado que su objetivo, al presentar su dimisión, es el de hacer caer el actual Gobierno de coalición que encabeza Shamir que, tras el doble abandono, queda en minoría parlamentaria. La salida de ambos ha provocado un pequeño altercado, cuando Ehud Olmert, ministro del Likud, el partido de Shamir, ha dicho lamentar la marcha de Neeman pero celebrar la dimisión de Zeevi "cuya presencia en el Gobierno era una vergüenza".Ariel Sharon, otro de los ministros halcones, estima contraproducente la celebración de elecciones anticipadas porque, en su opinión, "pueden reservar una sorpresa desagradable al Likud" y ha propuesto que se haga todo lo posible para reintegrar a Neeman y Zeevi al Gobierno antes de que el martes se cumplan las 48 horas que, según la Constitución israelí, han de transcurrir antes de que se haga efectiva una dimisión.

Los líderes de los colonos judíos en los territorios ocupados se han pronunciado en el mismo sentido e incluso han propuesto a Shamir que confíe al general en la reserva Rehavam Zeevi, dirigente de Moledeth, la cartera de la Intifada porque "sólo un ministro como Zeevi puede poner fin" a la protesta.

El ministro de Asuntos Exteriores, David Levy, tampoco es partidario de unas elecciones anticipadas puesto que considera que el cuestionamiento del actual Gobierno podría perjudicar las negociaciones de paz, tanto bilaterales como multilaterales.

El Gobierno de Shamír será sometido el próximo lunes a su primera prueba tras la dimisión de los dos ministros. El Parlamento deberá votar ese día una moción de censura propuesta por la oposición de izquierda sobre la política socioeconómica del Gobierno.

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Dilema para los 'ultras'

Con ello los diputados ultranacionalistas se enfrentarán a una delicada situación: si votan con el Gobierno, corren el peligro de aparecer ante los ojos de buen número de electores de los barrios populares como unos hombres sin corazón, más preocupados por su política antiárabe que por la necesidad de acudir en ayuda de los parados y desposeídos.

Las negociaciones de paz israelo-árabes no deben, en principio, verse afectadas ni por la caída del Gobierno ni por la decisión de disolver el Parlamento y celebrar elecciones anticipadas, pues la ley prevé que no se produzca vacío de poder.

Si el Gobierno de Shamir cae el día 27 seguirá en el poder en tanto que Gabinete de transición hasta la constitución de un nuevo equipo gubernamental tras las elecciones. Un Gobierno de transición tendría incluso más facilidad de movimiento que uno ordinario puesto que la ley dice que un Ejecutivo dé esas características no puede ser derribado por el Parlamento.

[Siria justificó ayer su negativa a participar en las negociaciones multilaterales de Moscú previstas para finales de enero en el "rechazo israelí a la paz, más que en ningún otro momento pasado, informa Efe].

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