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Tribuna
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1992

Estábamos dispuestos a celebrar el aniversario de una aventura espectacular, y a interrogarnos sin complacencias acerca de su significado exacto y su alcance; estábamos dispuestos a pasarnos horas delante de nuestros televisores aplaudiendo a los campeones y descubriendo lo universal reunido en Sevilla. Pero el azar quiso que las cosas fueran de otro modo, y nuestra atención estará, ansiosa, en otras partes.Estará en el Este, donde se ha iniciado la segunda fase del gran cambio iniciado por Mijaíl Gorbachov. El héroe se vio obligado a partir por no haber sabido adaptar su ritmo al de la sociedad a la que había liberado, pero la. historia duda: en contra de lo que se cree, el socialismo no ha muerto, y sin embargo se celebran sus funerales. En contra de lo que se cree, la voluntad de unidad del imperio no ha muerto, y sin embargo asistimos al nacimiento de 12 Estados independientes; en contra de lo que se cree, el antiguo imperio tiene capacidad para alimentar a todos sus pueblos, y sin embargo sufrirán hambre; en contra de lo que se cree, la inmensa mayoría de las mujeres y hombres de lo que fue el bloque soviético ignora los atractivos y responsabilidades de la libertad, y sin embargo se representará su dramática comedia. En contra de lo que se cree, después de una lucha titánica contra su enfermedad, el antiguo imperio de los zares y los sóviets volverá a ponerse en pie, abierto al mundo sin duda, pero diferente a los modelos que se le proponen. Y durante esta espera, el mundo estará en suspense. Ansioso de intervenir para salvaguardar su ideología y sus intereses, Occidente acumulará errores, realizará regalos inútiles, se dividirá para seducir y en todo caso, tarde o temprano, se verá sorprendido porque sólo sabe analizar estadísticas e ignora el arte de sondear los corazones, esos lugares donde reside la cultura, donde está la raíz del genio de los pueblos.

Nuestra atención estará también dedicada a ese pedazo de tierra donde nacieron las tres religiones monoteístas y donde, a través de los siglos, los celadores del Dios único no cesan de pelearse. La Conferencia de Madrid habrá tenido lugar. Se había hecho de ella un objetivo. Sólo era un medio y, una vez logrado, la región sigue llena de incertidumbres. Israel ha tenido que desvelar su juego. "Que el mundo perezca con tal de que yo triunfe": ésta es la divisa de Shamir y revela toda su amenaza, pero Estados Unidos no tiene la intención de seguir contemplándolo en silencio. En los próximos meses, el mapa de las alianzas regionales se volverá a trazar una vez más y el pueblo elegido corre el riesgo de quedarse bastante solo. Habrá creado las condiciones para una nueva unidad árabe que se expresará en lo religioso desde el Atlántico hasta más allá del Golfo, lo que corre el riesgo de provocar dramáticos cambios. De todos los conjuntos etnoculturales del mundo, el árabe es el que, en la época moderna, peor ha sabido expresar su especificidad y valorar su infinita riqueza. Al no haber podido encontrar otras vías, se expresará en la exaltación y en un peligroso uso político de lo religioso. Está a nuestras puertas; tendremos que inventar una forma de relacionarnos con él que nuestro desprecio y el sentimiento de humillación por él provocado harán sumamente difícil.

Nuestros ojos se dirigirán a Europa. Para hacer inventario de lo que ocurrió en Maastricht; para inventar los órganos que permitirán dirigir las nuevas funciones -política, monetaria, diplomática, estratégica- de la Comunidad. Para ver como se puede sacar ventaja de la potencia alemana sin verse aplastados por ella. Para saber si nuestro destino es convertir nos en una nación, un Estado o un mercado, para inventar un nuevo concepto que se adapte a nuestra realidad, inédita hasta ahora. Para definir las relaciones que pensamos mantener con nuestros vecinos del Este, a los que podemos tender la mano de la solidaridad, pero no abrir los brazos de la integración. ¡Menudo panorama!

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No podremos evitar seguir con atención los movimientos internos y externos de Estados Unidos de América, del que comenzamos a dudar en el preciso momento en que pretende desempeñar el papel de primera y única potencia de rango mundial. Demasiado frágil para inspirar confianza, demasiado fuerte, demasiado capaz, para no ser reconocido. Seguiremos con la mirada inquieta una mutación que debería llevarle a inventar un liderazgo mundial de múltiples polos. ¿Tiene la voluntad de hacerlo? ¿Japón, Rusia, la Europa comunitaria, China, la India o Brasil son capaces? Porque la suerte del mundo se juega ahora en todas partes.

Con la caída de Moscú se acabaron los tiempos de riesgos estables y simplificadores y entramos en los de los desequilibrios múltiples e imprevisibles. ¡Y decían que la historia había acabado! Es ahora cuando empieza de nuevo, llamando a un renacer de lo político. es director del Instituto del Mundo Árabe, de París, y asesor de François Mitterrand.

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