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El mercado seduce a China

La apertura económica empieza a generar cambios sociales en el país asiático

Juan Jesús Aznárez

Conviven en China los capotes invernales de corte maoísta y la hechura occidental del joven empresario que baila sin desmayo música inglesa y alcanza, gozoso el éxtasis cuando el pinchadiscos ataca con una lambada instrumental en la discoteca de un hotel de cinco estrellas de Pekín. En una mano, el gin-tonic, en la otra, el teléfono celular, y en la cabina de control, un estudiante norteamericano que consiguió visado de trabajo cuando Den Xiao-ping bendijo la propiedad privada y la inversión extranjera como mal menor.

El cambio económico en China se mantiene bajo aparente control pero no es descartable que el crecimiento generado por la iniciativa privada y el capital exterior acaben por imponerse al centralismo y provoquen a medio plazo transformaciones políticas sustanciales. "Es muy rico y viene casi todas las noches", dice uno de los camareros del hotel Palace del Travolta chino. Regenta una tienda de ropa y gana lo suficiente para pagar las aproximadamente 1.200 pesetas de la entrada y las 500 de cada consumición en un país de unas 30.000 pesetas de renta per cápita.

Los nuevos propietarios

Los propietarios son 13 millones entre 1.100 millones de habitantes. No muchos todavía, pero de imposible existencia hace pocos años. Tras los sucesos de Tiananmen, en junio de 1989, los reformistas fueron apartados del poder y perdieron influencia. Sofocada militarmente la rebelión de los estudiantes y purgados sus líderes, los cuadros más conservadores del Partido Comunista cobraron fuerza y China, cerrada de nuevo, pareció abocada a un aislamiento internacional prolongado. No ha sido así y el Gobierno ha cedido espacio a una apertura económica que funciona bien, pero que inevitablemente se acompañará de cambios sociales y de un nuevo paisaje observado en algunos puntos de la capital y de las grandes ciudades. Según el Ministerio de Finanzas, el crecimiento fue del 7% y la inflación rozó el 4%.Jinglian Wu, uno de los economistas y sociólogos más respetados del Consejo de Estado, que viajará próximamente a Barcelona para participar en una conferencia internacional, reconoce que las reformas emprendidas en el sector económico tienen ventajas, y pueden pasar factura política a un régimen que intenta el desarrollo con el sistema de partido único. "No importa, es necesario, y creo también que la. preparación ideológica de nuestro pueblo es suficiente como para afrontar el proceso". Conforme el capital avanza en Shangai, Cantón o en las zonas especiales que comercian con Corea del Norte, Hong Kong, Taiwan o Macao, ganan terreno también cuatro de los seis vicios de la clasificación oficial: drogas, juego, pornografía y prostitución. El quinto es la superchería y el sexto, la esclavitud. El pasado día 6 cuatro personas fueron ejecutadas en la ciudad de Harbin por el secuestro de 60 mujeres y su venta por unos dos millones de pesetas. Algunos de los compradores eran granjeros ricos que residen en zonas alejadas. El viceministro de Información, Zhou Jue, durante cuatro años embajador en París, subraya que "los trabajadores particulares" suman el 10% del producto interior bruto y de alguna manera constituyen uno de los principales motores. "Nuestra idea es seguir promoviendo y protegiendo la iniciativa privada, pero siempre subordinada al sector estatal".

En Pekín se abren nuevas hamburgueserías norteamericanas, establecimientos de moda, tiendas de alquiler de vídeo, karaokes para los turistas y hombres de negocios japoneses, boutiques, televisión por cable en los hoteles con el servicio asiático de la BBC británica y un amplio catálogo de películas incluidas, El último emperador y Los campos de la muerte, que narra las brutalidades cometidas en Camboya por los gemeres rojos de Pol Pot, cuyo Gobierno fue apoyado por Pekín. Los jóvenes en este invierno helador de la capital china, prefieren los plumíferos a los chaquetones verdes de solapa de piel que más parecen abrigar a militares francos de servicio que a civiles. En la televisión, los melodramas estadounidenses, de la saga Dallas o Dinastía son del gusto de la mayoría, por delante del culebrón japonés. Una fuente oficial reconocía que una característica de la política del Gobierno es hablar siempre del socialismo pero actuar en la potenciación del sector privado. Den Shao Ping, de 87 años, ha trazado las líneas maestras de la reforma: Si el partido puede mejorar la calidad de vida de la población, será apoyado y sobrevivirá.

El éxodo hacia la urbe

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Entre los 800 millones de agricultores, principalmente jóvenes, se ha registrado sin embargo un éxodo significativo hacia los centros urbanos. No ocurre lo mismo en las poblaciones donde se impone el socialismo de mercado y los campesinos, convertidos en empleados de fábrica, ingresan unos 1.000 dólares al año. Quienes son designados para puestos directivos o establecen comercios prósperos pueden ganar 10.000, 50.000 dólares o más, y disponer de televisión en color, teléfono y confortables viviendas. "Se da el caso", comenta el viceministro, "que veteranos revolucionarios empleados en oficinas gubernamentales ganan menos que sus hijos en empresas propias o de capital extranjero". Algunos viajeros aseguran haber visto en una población de 4.000 habitantes 13 Mercedes y 140 modelos japoneses de cierto lujo.Un proyecto en marcha es la ampliación de las llamadas empresas cantonales en el campo de propiedad estatal o mixta que actualmente emplean a unos 90 millones de personas, según datos oficiales. "Nuestro gran problema todavía por resolver es el desarrollo de la agricultura, donde se concentra el 80% de la población. Lograr que la producción sea suficiente para atender a necesidades alimenticias sin tener que importar". China, con 430 millones de toneladas de cereal en 1991, exporta arroz, importa trigo "para variar la dieta".

La vida de los más de cinco millones de personas que diariamente atraviesan Pekín en bicicletas, motos o autobuses, transcurre lejos de los lujos de los nuevos ricos rurales. De vuelta a casa disponen de una media de ocho metros cuadrados de espacio por persona y unos alquileres, que aunque ahora son muy bajos, se dispararán cuando el Gobierno aplique una mayor liberalización de los precios.

La reforma política

Sin nombrar la posibilidad del pluripartidismo, en este momento remota, Zhou Ju anuncia "que al compás de la reforma económica están llegando también reformas políticas". Mientras tanto, el Gobierno dedicó en 1990 casi la tercera parte de su presupuesto, 20.000 millones de dólares, en subsidios directos para atender las necesidades más elementales de la población. El año pasado, el Ministerio de Finanzas advirtió que la Hacienda pública no puede afrontar más este desembolso. El objetivo es eliminar poco a poco el gasto público. "Socialismo no significa igualitarismo ni pobreza", precisa el viceministro.

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